El Consejo de Administración del grupo DIA ha cesado por unanimidad al consejero delegado, Ricardo Currás, el hombre de confianza de la todavía presidenta, Ana Llopis -dejará el cargo en 2019- (en la imagen, los dos), y coloca como CEO a Antonio Coto, un directivo de la casa (hasta ahora, director ejecutivo en Iberoamérica). La medida, comunicada este viernes a la CNMV, ha tenido un efecto fulminante en bolsa, donde arrastra un desgaste de meses, y el valor sube un 10%.

Con este relevo, el grupo de alimentación responde a una larga crisis por falta de modelo, de la que quiere salir con “un profundo proceso de transformación”, señala también el su comunicado, que apunta otra vez al nuevo plan estratégico para salir de su parálisis. Ese plan fue anunciado hace meses, al informar de los resultados de 2017, pero todavía no ha visto la luz.

Se visibiliza así, por un lado, el peso del primer accionista, el magnate ruso Mikhail Fridman (con un 25%, a través del fondo Letterone), que incorporó dos consejeros. Y se hace realidad, por otro, que el grupo ha tratado de combatir, sin éxito, la fuerte competencia en España.

El objetivo hasta ahora era superar a Carrefour, pero DIA no ha podido mientras se desfondaba en bolsa   

La reducción de precios, en ese afán, ha deteriorado sus márgenes, y DIA se ha quedado sin alternativas para contestar a Mercadona y Carrefour, con una cuota de mercado del 24% y 8,7%, frente a DIA (8,3%).

Este viernes, sube con fuerza en bolsa, pero acumula una pérdida en el año del 50%. La esperanza para lo contrario es el plan estratégico, previsto para principios de octubre, pero no deja de ser un brindis al sol hasta el momento en que se conozca y el mercado se lo crea.

Se aceleran los tiempos, en fin, cuyo colofón fueron los resultados del primer semestre, que el propio Currás resumió como el más duro desde que el grupo salió a bolsa.