Todos los sacerdotes o laicos católicos estarán obligados a denunciar cualquier abuso sexual sobre menores y mayores. Así repiten la mayoría de los medios pero, ojo olvidan el predicado: ¿Denunciar ante quién?

Pues resulta que el Papa Francisco se situa en línea con Benedicto XVI, que tanto estupor causó ante la progresía con su último y documentado informe recogido en Aci prensa: denunciar ante el Vaticano, no ante las autoridades civiles -eso es derecho y alternativa de las víctimas- que tendrá que actuar con diligencia y mantener el anonimato del denunciante y ayudar a las víctimas.

Naturalmente, los erigidos en portavoces de la víctima quieren que todo católico denuncie sus sospechas ante los tribunales civiles

Desde luego, el informe de Francisco lleva implícito la utilización de la pena más grave para un clérigo: privarle del Estado clerical con sus correspondientes consecuencias, también económicas. También en esto coincide con Ratzinger.

Al parecer, ambos Papas no estaban tan distanciados.