Tal y como publicó Hispanidad recientemente, un grupo de expertos de la ONU criticó a varios estados de los EEUU por haber declarado que el aborto es un servicio no esencial durante el cese de labores, causado por la covid-19, declarando, a su vez, que “el aborto seguro y legal” es un componente clave de los “servicios de salud sexual y reproductiva”. El grupo también denunció una reciente carta del encargado de la agencia de asistencia extranjera de los EEUU, John Barsa, en la que apelaba por la remoción de “salud sexual y reproductiva” de una resolución de la Asamblea Mundial de la Salud, informa C-Fam.

La declaración provino del Grupo de Trabajo sobre la discriminación contra mujeres y niñas, parte de los Procedimientos Especiales del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

La carta de John Barsa, director en ejercicio de la Agencia de los EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus iniciales en inglés), estaba dirigida al secretario general de la ONU, António Guterres, y lo instaba a asegurar que la ONU “seguirá enfocada en intervenciones que salvan vidas” y no promoverá el aborto.

En respuesta, el portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric, insistió en que “cualquier sugerencia de que estamos usando la pandemia de la covid-19 como una oportunidad para promover el aborto es incorrecta” y que, al tiempo que apoyan el cuidado de salud que salva vidas, “no buscamos pasar a llevar ninguna ley nacional”.

La carta de la USAID provocó una fuerte reacción de parte de grupos proaborto. El Grupo Interagencial para la Salud Reproductiva durante Crisis, cuyo comité dirigente incluye varias agencias de la ONU, incluida la Organización Mundial de la Salud (OMS), emitió un comunicado diciendo que el grupo “aplaude a la ONU, los gobiernos, los donantes y todos los defensores de la salud que se han comprometido con la inclusión de los servicios [de salud sexual y reproductiva], incluidos la contracepción y el acceso a cuidado abortivo seguro al grado máximo que permite la ley”.

Los expertos que trabajan bajo Procedimientos Especiales no son miembros de planta de la ONU, pero en la práctica es como si lo fueran

Los expertos que trabajan bajo Procedimientos Especiales no son miembros de planta de la ONU y no reciben un salario por su trabajo que permita garantizar su independencia. Aun así, las opiniones de expertos independientes que trabajan dentro del sistema de la ONU son frecuentemente citadas por las agencias de la ONU, como también por grupos activistas en distintos países, quienes a menudo tratan sus enunciados con la misma deferencia que muestran a documentos negociados y adoptados por consenso. Vamos, que los citados expertos es como si fueran de la ONU...

Como ejemplo, la OMS mantiene una base de datos de leyes nacionales de aborto que también incluye una sección listando todas las recomendaciones sobre el aborto dadas a los países por parte de cuerpos monitoreadores de los tratados de derechos humanos de la ONU o por parte de encargados de Procedimientos Especiales. Cuando esta base de datos fue establecida, su propósito declarado era “eliminar las barreras que encuentran las mujeres para acceder a servicios abortivos seguros”, pese al hecho de que la OMS no tiene ningún mandato por el cual pueda opinar acerca de leyes de aborto, que son materia de soberanía nacional.

En los últimos veinticinco años, los gobiernos proaborto han intentado separar en las negociaciones la “salud sexual y reproductiva” del compromiso de 1994, quitar las cautelas y dar por implícito un derecho al aborto que nunca ha existido en un acuerdo global. Bajo el presidente Donald Trump, los EEUU han apelado de manera creciente por la eliminación del término, reconociendo que, aun si no crea un derecho al aborto, no puede ser separado del aborto enteramente.

La frase ‘salud sexual y reproductiva' ha sido empleada por la ONU como un eufemismo del aborto, la contracepción y la esterilización

La frase ‘salud sexual y reproductiva' ha sido empleada por la ONU como un eufemismo del aborto, la contracepción y la esterilización. Es decir, que bajo ese término se sostenía una mentira, pues no es ‘saludable’ acabar con la vida de un niño en el vientre de su madre.

Recordemos también que ese término ‘salud sexual y reproductiva’ ha formado parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y sus derivados, impulsados por la ONU para implantarlos en todo el mundo.

Insistimos: la ideología de género -una de cuyas variantes es el matrimonio homosexual- y el aborto son las obsesiones del Nuevo Orden Mundial y busca implantarlos en todo el mundo. Y ambas cosas, atentan contra la ley natural, pues todo el mundo sabe con la sola razón que se nace hombre o mujer y nadie nos pidió permiso para ello, como tampoco para nacer. Y todo el mundo puede saber con su sola razón que matar a un niño en el vientre de su madre es un asesinato.

Además, recordemos también, del Nuevo Orden Mundial -o nueva masonería-  forman parte instituciones supranacionales, como la ONU o la Organización Mundial de la Salud (OMS).