La directora general de Trabajo, Concepción Pascual, se convierte en la cabeza de turco para corregir el “gol por la escuadra” colado a la ministra Magdalena Valerio, como ella expresó gráficamente, con la inscripción del nuevo sindicato Organización de Trabajadoras Sexuales (Otras)

Eso que ocurrió cuando el BOE publicó el 4 de agosto, aunque Valerio tardó tres semanas en descubrir algo tan contrario al “Gobierno socialista y feminista de Sánchez”. Por eso anunció que había puesto a trabajar a la Abogacía del Estado para anular esa aprobación.

El propio ministerio señala en un comunicado que Valerio ha aceptado la dimisión de  Concepción Pascual, decisión con la que asume “voluntariamente todas las responsabilidades del registro de los estatutos de la Organización de Trabajadoras Sexuales".

Paradójicamente, Pedro Sánchez trató de rebajar el error de coordinación

La decisión se veía venir, sobre todo después de que la propia Magdalena Valerio explicó que preguntaría al encargado de la tramitación del expediente y registro. O sea, a la Dirección General de la que Concepción Pascual es la máxima responsable.

Paradójicamente, Pedro Sánchez trató de rebajar el error de coordinación y dejó el incidente en “un mero acto administrativo que no contenía errores de forma pero sí de fondo”, al tiempo que insistía en su voluntad de abolir prostitución.