Pedro Sánchez estaba convencido de que unas nuevas elecciones en noviembre le favorecían a él más que a nadie pero la crisis económica que se cierne sobre España ha trastocado cualquier expectativa política. Las encuestas del ínclito José Félix Tezanos no tenían en cuenta la posibilidad de esta nueva crisis. Aun así, el presidente en funciones ha convocado elecciones para el próximo 10 de noviembre: allá el.

No es ninguna broma y el temor está calando entre la clase empresarial que, de puertas afuera, sin embargo, sigue asegurando que la economía española goza de buena salud. El INE no dice lo mismo o, al menos, ha rebajado este optimismo con su última revisión. Resulta que en 2018, la economía española no creció el 2,6% sino el 2,4%. Dos décimas de nada que, pasadas a euros, son unos 20.000 millones menos.

Al parecer, el consumo de los hogares no creció un 2,3% sino que se quedó en el 1,8%, justo lo contrario que el consumo público, que no aumentó un 1,8% sino un 2,1%. En otras épocas y en otros países más sensatos, por mucho menos de eso se colgaba al culpable por los pulgares.

Resulta que en 2018, la economía española no creció el 2,6% sino el 2,4%. Dos décimas de nada que, pasadas a euros, son unos 20.000 millones menos

Más: el precio del petróleo se ha disparado tras los ataques a las instalaciones de la petrolera saudí Aramco. La subida llegó a ser superior al 30% y el precio del barril de Brent, de referencia en España, marcaba 68 dólares el martes, después de bajar un 0,6% respecto al cierre del lunes. El precio del petróleo es clave para la economía española y este repunte, si se mantiene en el tiempo, parte a nuestro país por el eje.

El sector financiero tampoco está tranquilo porque, como buena banca doméstica, depende mucho de la situación económica de las familias y empresas. Tampoco ayudan las últimas medidas anunciadas por Mario Draghi, empeñado en fomentar la irresponsabilidad de los políticos que emiten deuda pública sin control.

En este contexto, el Ibex lucha por mantener los 9.000 puntos después de que este martes haya cerrado con una caída del 0,53%.

No sabemos lo que ocurrirá de aquí al 10 de noviembre, pero el riesgo de una nueva crisis es real. Y si finalmente estalla, el señalado será Pedro Sánchez, aunque él no haya tenido la culpa. Bueno ha tenido culpa durante menos de un año donde lo ha hecho francamente mal... pero sólo durante un año.