“Estamos en una situación de parálisis”, ha asegurado José Antonio Álvarez este miércoles, durante su intervención en la Conferencia Internacional de Banca organizada por el Santander. “Nos hemos quedado quietos”, ha advertido, refiriéndose al sector financiero en general.

Y esto es lo preocupante, porque los bancos se dedican, precisamente, a mover el dinero. Un banco paralizado es un banco quebrado. Por eso, será muy importante la intensidad de la recuperación económica que dependerá en gran medida, según Álvarez, de la política fiscal que aplique el Gobierno.

El Santander ha concedido 125.000 millones de euros en moratorias desde que estalló la pandemia, en marzo, y prevé que la morosidad se dispare en 2021, coincidiendo con el fin de las medidas que han mantenido anestesiada la economía, esto es, los ERTE y los préstamos ICO. “Para mediados de 2021 ya veremos lo que pasa”, ha señalado.

La banca española no está quebrada por la mala gestión de los banqueros españoles sino por la mala gestión del BCE y por el actual mercado bancario

El número dos del Santander ha reconocido, no obstante, que las entidades están mejor preparadas que en la crisis de 2008 -tienen “mucho más capital”-, pero no es suficiente. “Lo que me preocupa es el flujo”, ha advertido. Es decir, en una situación normal, la deuda mala se paga con la capacidad de generar capital, pero en la situación actual, con el negocio bancario por los suelos debido a los bajos tipos de interés, esa capacidad apenas existe.

En resumen, cuando un banquero asegura que la banca está paralizada -la banca no es mas que fluido de capitales- lo que está diciendo es que está quebrada. Ojo, y la culpa no es de los bancos sino precisamente de lo que Álvarez destaca: con tipos negativos este negocio no es negocio, es una ruina. Con esos tipos quien más sufre es, además, la banca doméstica, la española, la que cubre un papel social de primer orden, como sistema de pagos del pais, como financiador de familias,  emprendedores. La banca española no está quebrada por la mala gestión de los banqueros españoles sino por la mala gestión del BCE y por el actual mercado bancario.