La mayor ingeniería del mundo, General Electric, ha entrado en pérdidas en el segundo trimestre de este año 2019: en concreto, registró unas pérdidas netas atribuidas de 61 millones de dólares (54,7 millones de euros), frente a los 'números negros' de 615 millones de dólares del año anterior.

La razón, en gran medida, fue el impacto extraordinario de 744 millones de dólares (557,3 millones de euros) por la depreciación de los activos de su negocio energético.

También afectaron a la ganancias los ingresos atípicos por desinversiones, que en el segundo trimestre de 2018 sumaron 886 millones de dólares (794,7 millones de euros), frente al impacto negativo de ocho millones de dólares (7,2 millones de euros) del segundo trimestre de este año.

Sin embargo, en los primeros seis meses del año, obtuvo un beneficio neto de 3.488 millones de dólares (3.128,1 millones de euros), frente a las pérdidas de 568 millones de dólares (509,4 millones de euros) del ejercicio anterior. En el acumulado del primer semestre, los ingresos totales cayeron un 1%, hasta 56.117 millones de dólares (50.327,3 millones de euros).

La facturación entre abril y junio descendió un 1%, hasta 28.831 millones de dólares (25.858,6 millones de euros)

"Vamos a seguir realizando acciones planeadas para mejorar nuestros negocios y monitorizar algunos vientos en contra del mercado", ha subrayado el presidente y consejero delegado de GE, Lawrence Culp.

La facturación entre abril y junio descendió un 1%, hasta 28.831 millones de dólares (25.858,6 millones de euros).

Con respecto a los gastos, los costes asociados a las ventas se mantuvieron estables en 21.817 millones de dólares (19.566,1 millones de euros), aunque los gastos de venta, generales y administrativos cayeron un 3,7%, hasta 4.184 millones de dólares (3.752 millones de euros). Asimismo, el gasto en intereses y otros atípicos financieros se situó en 991 millones de dólares (888,8 millones de euros), un 23,2% menos.