Recuerden que se ha puesto fecha de defunción a las nucleares, que son la base del sistema. Así que la gran duda, sigue siendo qué tecnología pueden sustituir a la nuclear. ¿Placas y molinillos? ¿A que no?

Además, la retribución de redes planteada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha puesto en pie de guerra al sector gasero, especialmente a Enagás y Naturgy. Pero en el tablero hay otras piezas, el conjunto del mix energético de futuro, y ahí Iberdrola y Endesa se dan por aludidas, al igual que todo el sector del gas, tanto para uso doméstico, como intermediación… como en su uso como materia prima para producir electricidad (ciclo combinado).

Mientras, la ministra deshoja la margarita sobre el mix energético, sólo que sus deseos no coinciden con la realidad 

Porque para entendernos, el caso creado por la ministra de Transición, hacia no se sabe dónde, doña Teresa Ribera, es de tal calibre que ha generado una enfrentamiento del sector con el regulador CNMC, de este con el Ejecutivo y del Ejecutivo contra la empresa: una maravilla de guerra global de todos contra todos. Porque si se trata de qué energía debe sustituir a la nuclear prematuramente falacia por mor de Ribera, Endesa también tiene algo que decir. Mejor, tiene mucho.

A partir del año 2025 las nucleares dejarán de constituir la base del sistema. La pregunta, a la que Teresa Ribera aún no ha respondido es qué tecnologías deberán sustituir a la nuclear y en qué proporción. El carbón está muerto por el coste del CO2 y porque la regulación europea lo ha matado. Y las centrales térmicas necesitarían una inversión para cumplir las normas medioambientales que nadie se plantea.

Iberdrola quiere blindar su energía hidraúlica mientras activa su energía solar sustitutoria de la nuclear 

Ahí surge el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, que siempre consigue ocultar su objetivo primero: blindar su producción hidráulica. Para ello ofrece a Teresa Ribera una solución descarbonizadora: la energía fotovoltaica, esa que años atrás calificaba como negocio financiero y que ahora está dispuesto a que sustituya a las nucleares. Por ejempo: llenando Extremadura de huertas solares para cuanodo cierre la nuclear de Almaraz.

Ahora bien, por si agua, viento y sol no bastaran para sustituir las nucleares, Galán ofrece a Ribera sus ciclos combinados, que sí que es carbono pero moderadito.

Naturgy plantea al Gobierno la ecuación del gas: 90/90... con unas plantas de ciclo combinado al 15% de su capacidad 

Al tiempo, Naturgy, la otra potencia en ciclo combinado, intenta vender a Ribera su 90/90: sus centrales de ciclo combiando capaces de conseguir disponer del 90% de capacidad en 90 minutos. Sí, pero la ministra es talibán y el gas, aunque contaminaría la cuarta parte que el carbón… tampoco le gusta. Recuerden que hablamos con una fundamentalista.

De postre Enagás, aquí en apoyo de Naturgy, se pone en defensa del gas. Antonio Llardén Carratalá, filosocialista pero un poco harto de que el gas se haya convertido en el nuevo malo de la película, no apunta contra su casi correligionaria Ribera, sino contra la CNMC. Pero recuerda que sólo 8 millones de hogares tiene gas natural mientras los otros 17 millones utilizan tecnologías mucho más contaminantes, carbón incluido. Sí, a él también le toca más el negocio mayorista pero también el minorista que se deriva de él

Enagás y Naturgy oponen otra cifra: el gas natural llega a 8 millones de hogares españoles. Otros 17 millones se basan en energías contaminantes

Y ojo con la amenaza latente de los gaseros quienes, de alguna forma, son todos: si no me ofreces rentabilidad, mi respuesta consistirá en paralizar la inversión.

Y así, mientras la ministra Ribera deshoja la margarita sobre el mix energético futuro, como sus deseos -descabornización total y molinillos y placas solares a gogó,no coinciden con la realidad-, el sector se ha convertido en un mágico y glorioso caos, de nombre Teresa Ribera.