Pedro Sánchez salió escaldado del XXI Congreso Nacional de la Empresa Familiar, celebrado en Valencia en 2018. Recibió más abucheos de los que su ego -“soy guapo a secas”, Sánchez dixit- puede soportar en una mañana, y este año ha decidido que lo mejor es delegar en su ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, que clausurará el encuentro el martes 29. Finalmente, sin embargo, fue la ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, quien puso punto final al encuentro.

Los asistentes a esta nueva edición, la XXII, que se celebra en Murcia, no podrán abuchear a Sánchez, pero sí han pedido lo mismo que él: un gobierno estable. “Hay que tomar decisiones muy importantes y para eso es imprescindible un Gobierno estable”, ha afirmado el presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), Francisco J. Riberas, durante su intervención. ¿Y si una de las decisiones de ese gobierno estable es subir los impuestos, como es probable que suceda? ¿De verdad es tan necesario?

Lo cierto es que la encuesta que realiza todos los años el IEF va en esa misma línea. Para la mayoría de las empresas familiares, el principal desafío de nuestro país es la gobernabilidad. No sabemos a ciencia cierta si es para poner orden en Cataluña o para subir los impuestos. O para las dos cosas al mismo tiempo.

La mayoría de los encuestados (63%) cree que el crecimiento de la economía española a corto y medio plazo será frágil y sin creación neta de empleo. El CEO de Bankia no opina lo mismo. José Sevilla es mucho más optimista.