Parece que no es oro todo lo que reluce en relación al cierre de las nucleares acordado entre Gobierno y eléctricas para el periodo 2027-2035. Para José Bogas, CEO de Endesa, son decisiones que “serán efectivas en 12 o 15 años y no pueden estar escritas en piedra, tenemos que tener la flexibilidad suficiente para adaptarnos a las seguras dificultades que nos vamos a encontrar a lo largo del camino para conseguir este nuevo sistema sostenible en el futuro”.  

Así lo ha declarado a los medios de comunicación tras la Junta de Accionistas, justo un día después de que la experta de la ONU Thelma Krug diera un golpe al ecologista Gobierno Sánchez. “Efectivamente, la nuclear no emite CO2, tiene otros problemas distintos y podríamos debatir lo importante de estos problemas y la incidencia de que las centrales tengan una vida un poco mayor o menor”, ha añadido. Esto último no es baladí y más para Endesa, que a diferencia de Iberdrola y Naturgy, no tiene aún amortizada la inversión (un ajuste contable que le puede perjudicar).

Destaca que la nuclear no emite CO2, pero tiene otros problemas, además de la incidencia de que las centrales tengan una vida mayor o menor: Endesa no tiene aún amortizada su inversión

Eso sí, Bogas cree que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) es bueno y tiene muchos retos por delante. Por eso apuesta por “monitorizar los avances” y la flexibilidad para tomar decisiones que mantengan la consecución de objetivos. Es más, ha señalado que “hay pocas alternativas al Plan”, que incluye objetivos exigentes (más ambiciosos que los de la Unión Europea), y que se revisará en 2023. De ahí, que considere que el nuevo Gobierno debería mantener el PNIEC y en dicho año, volver a adaptarlo tras analizar los avances.

En relación a los dos temas protagonistas del día -la fracasada negociación de un nuevo convenio colectivo y el recorte de beneficios sociales a los trabajadores pasivos-, Bogas ha insistido en que se requiere un convenio flexible, en consonancia con el ya expresidente de Endesa, Borja Prado (al que sustituye Juan Sánchez-Calero), el cual se adapte a la nueva Endesa (ya no es una carbonera, sino que debe ser más digital) y “dé seguridad y tranquilidad a los trabajadores”. Y sobre los trabajadores pasivos, el CEO ha apuntado que “hay una sentencia, pero les seguimos tendiendo la mano”.