Los titulares de las televisiones, convertidas hoy, para desgracia de la patria, en el medio más influyente de todos, es que Bruselas ha aprobado el borrador de Presupuestos Generales del Estado para 2021. Lo cierto es que Bruselas no aprueba los Presupuestos de ningún país miembro. Lo único para lo que los burócratas de Bruselas -con el coronavirus, ni eso- tienen competencia es para el cumplimiento de los criterios de estabilidad financiera, que se remontan a Maastricht -ya se habían olvidado de ese nombrecito, ¿verdad?-, particularmente el déficit y su retoño psicópata, la deuda pública.

Pues bien, el miércoles 18 de noviembre Bruselas daba por vistos los PGE para 2021, que consagran una economía española subvencionada e incapaz de crear empleo y, sin necesidad de aprobar nada, ‘suspendía’ al gobierno Sánchez al advertirle de una deuda pública desbocada, ya por encima del 114% del PIB.

¿Sánchez se ha hecho comunista? No, sólo es narcisista. Gobernaría con pronazis si con ello se mantuviera en la Presidencia

El problema es que en Bruselas, especialmente la alemana Angela Merkel, reina de la Unión Europea (UE), ya saben cómo es Pedro Sánchez. Ya han calado al personaje: saben que no es ni de izquierdas ni de derechas, simplemente padece de narcicismo. Sánchez es sanchista, locamente enamorado de sí mismo. Saben que Sánchez gobernaría hasta con los nazis si estos le aseguraran el sillón de Moncloa. Por esto, también conocen que cualquier acuerdo con Sánchez no sirve para nada, dado que el madrileño lo interpreta según el molde de su previa deformación de las cosas, la deformación de que todo puede adaptarse a todo salvo su permanencia ineludible en el Palacio de La Moncloa.

Por tanto, saben, también, que podrán asfixiarle financieramente… que él ya se buscará un culpable. Lo ha hecho con el coronavirus: la peor gestión de todo Occidente es la suya, la que provocó más muertos entre la población española que en ningún otro país de nuestro entorno pero trasfirió la responsabilidad a las comunidades autónomas y se quedó tan ancho. Insisto: Sánchez es un narcisista y sólo le importa alguien: el mismo.

Ejemplo: ¿Sánchez se ha hecho comunista? No, sólo es narcisista. Gobernaría con pronazis si con ello se mantuviera en la Presidencia. A Merkel le ha costado aprender esta lección, pero ahora ya se la sabe… y no se fía de Sánchez. Esto no tendría por qué ser un desdoro si no fuera porque Sánchez ha colocado a la economía española en tal estado de pauperización que ahora necesita la limosna europea… sólo para sobrevivir mañana.

Bruselas advierte a España sobre su disparatada deuda pública y Merkel a Sánchez, sobre el anticapitalismo de Podemos

De puertas adentro, ocurre algo mucho más importante. Y es que podemos mitificar Europa todo lo que queramos a la Europa postcristiana, es decir, decadente, pero lo que ocurra en España depende de los españoles, no de Bruselas. Lo que está sucediendo es una alianza PSOE-PP para reeditar una segunda parte de la Operación Borrell, de la que ahora se va cumplir un año. En aquel momento, Felipe González y José María Aznar presionaron a Felipe VI para que advirtiera a Sánchez que si pactaba con los comunistas de Pablo Iglesias podría encargar a Borrell la formación de gobierno. El Rey no se atrevió a lanzar el órdago y hoy tenemos lo que tenemos: un Frente Popular en Moncloa que nos lleva hacia el guerracivilismo.

Ahora, Felipe González y José María Aznar, presionan directamente a Sánchez para que rompa con Podemos… una vez aprobados los Presupuestos.

En el fondo, se trata de volver al bipartidsimo PSOE-PP y para ello la única alternativa continúa siendo el acuerdo de legislatura con el PP. Ojo de legislatura, como en la Operación Borrell, que no de Gobierno.

Porque, aunque el CIS todavía no lo haya captado (se espera que consiga captarlo antes de que llegue el siglo XXII) cada vez hay más votantes del PP y del PSOE asustados ante la deriva frentepopulista de Sánchez.

Ojo, que don Pedro no es guerracivilista ni se ha vuelto comunista: es simplemente narcisista e Iván Redondo le ha convencido de que, con Pablo Iglesias a su lado, se mantendrá en Moncloa mucho más tiempo. Y esto es todo lo que Pedro Sánchez desea escuchar.

Y tampoco crean que a Merkel le preocupa la deriva guerracivilista de España: le importa un bledo. Lo que le importa es el anticapitalismo, que no el anticristianismo de un Gobierno español podemizado, que nos lleva la ruina… y que precisará el apoyo alemán. Y aflojar el parné no le agrada a ningún alemán.