• Y seguimos sin saber quién va a paga la nómina de febrero. Cada mes, Abengoa necesita más de 100 millones de euros para subsistir.
  • Los bancos saben que perderán el 80% de lo prestado, pero no aceptarán una quita por esa misma cantidad.
  • De otra forma, el ejército Benjumea permanecería al frente.
  • Irán a deuda convertible ('debt to equity') pero no para repetir Pescanova: intentarán vender antes de sentarse en el Consejo.
  • La desconfianza respecto a Domínguez Abascal comenzó con el retraso en el plan de Viabilidad.
  • Y encima se entregó sin plan financiero.
  • Por si fuera poco, la banca se espera una deuda total por encima de los 11.000 millones de euros.
  • Será muy difícil evitar el concurso de Acreedores.
La banca acreedora de Abengoa empezó a desconfiar de su presidente, sustituto de Javier Benjumea, es decir, José Domínguez Abascal (en la imagen), y el resto del equipo Benjumea cuando se comprometieron a entregar el plan de viabilidad el 18 de enero, no sólo no cumplieron las fechas sino que, encima, presentaron un plan de viabilidad sin estudio financiero y sin concretar con certeza los activos a vender. Una burla que enfadó hasta el Santander, el más bonancible con Abengoa. Veamos: el actual presidente, Domínguez Abascal, pide a la banca una quita del 75%. Los bancos creen que, a la postre, perderán incluso el 8% del dinero prestado pero eso no les importa. No aceptarán la quita porque eso significaría que Abascal y todo el equipo heredado de Benjumea al que considera poco serio, seguirán al frente. No, lo que harán será ir a deuda convertible ('debt to equity') pero, atención, intentarán traspasarla cuanto antes, aunque sea a bajo precio, a un tercero -socio industrial o financiero- para que no les ocurra lo de Pescanova, con los bancos aún hoy atrapados en la pesquera. Además, en la reunión del miércoles 10 la banca espera que les sorprendan con una valoración de la deuda total (bancos, bonistas y proveedoras) que supere los 11.000 millones de euros. Como para echarse a temblar. Pero queda otra, claro está: ¿Quién paga la nómina de febrero? De la de marzo, 'ya  parlarem'.  Porque las condiciones de los bonistas no han cambiado (piden un usurario 25% de coste) y porque alguien tendrá que pagar a los trabajadores y a los proveedores de urgencia. Al final, Abengoa necesita más de 100 millones de euros por mes para seguir subsistiendo. Conclusión, aunque nadie lo desea, será muy difícil evitar el concurso de acreedores, Además, en el equipo directivo no hace amago de marcharse. Por el momento están muy cómodos. Pero el eslogan sigue siendo el mismo: No con Abascal. Eulogio López eulogio@hispanidad.com