La indemnización que debe pagar Monsanto en EEUU, tras una sentencia judicial que le ha condenado por no advertir de los efectos cancerígenos del glifosato, pasa factura a Bayer porque puede ser la primera de una retahíla de demandas que vendrán después. El glifosato está en uno de sus herbicidas, el Roundup.

El caso tiene un efecto llamada, como es lógico, sobre todo porque la indemnización asciende a casi 290 millones de dólares, que no es moco de pavo, y porque la compañía alemana es ya dueña de Monsanto desde junio.

Buena prueba de ello, es el castigo en bolsa que sufre este lunes en bolsa, con una penalización del valor del 13% (12,8%).

Bayer pagó casi 1.300 millones en EEUU para resolver miles de reclamaciones judiciales por los efectos de sus abortivos

O sea, el gigante alemán se enfrenta a un caso parecido al de los daños colatelares de sus píldoras abortivas, por el que tuvo que pagar en EEUU 1.241 millones de euros para resolver 8.900 reclamaciones judiciales. Bayer, es sabido, es la mayor multinacional abortista, y con ese negocio sostiene en gran medida sus cuentas semestre a semestre.

Sus píldoras y abortivos son una parte importante de su sucio negocio abortivo, y eso no le ha salido gratis por las secuelas de los varios de ellos como el Yazmin o Yasminelle, que provocan trombosis y embolia, o el Essure, que afectado a cientos de españolas y ya está prohibido aunque no olvidado: la Audiencia Nacional abrió la vía penal contra la multinacional por haber dejado estériles a 30 mujeres.