Aunque las caceroladas están prohibidas en las proximidades del chalet vicepresidencial de Galapagar, un grupo de manifestantes ha optado por burlar el blindaje y reproducir con altavoces de gran potencia el ‘Viva España’ de Manolo Escobar, desde un cerro cercano a la finca.

«Entre flores, fandanguillos y alegrías, nació mi España, la tierra del amor. Sólo Dios pudiera hacer tanta belleza, y es imposible que puedan haber dos». Los primeros acordes del ‘Que viva España’ de Manolo Escobar comenzaron a sonar ayer sobre La Navata gracias a un sistema de sonido de alta potencia que colocaron un grupo de media docena de manifiestantes. «Cansados», dicen, de que se les haya prohibido las caceroladas, de que se les identifique por sistema y de que no puedan circular libremente por las calles de su municipio.

Por ello, decidieron llevar su protesta a un lugar algo más lejano, a un pequeño cerro sobre las vías de tren que se encuentra a apenas 400 metros de la finca de Pablo Iglesias y la ministra de Igualdad, Irene Montero

Por otra parte, uno de los organizadores y manifestantes más activos en esta protesta, Miguel Frontera, denuncia que la página comercial del local de restauración (el ‘Veinti7’) que regenta en Madrid se ha llenado de la noche a la mañana de comentarios negativos.

Frontera ha denunciado esta situación a la plataforma de Google, que ya ha procedido a eliminar los comentarios negativos de usuarios que, en sus reseñas, hacen mención a motivaciones políticas. Su propietario lo achaca a una venganza política y a un intento por hundir su reputación. 

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