Cronología de los hechos: Nikki -del duo de influencers Nikky y Dan Phillippi- anunció en mayo de 2018 que el perro de la familia había sido sacrificado. «Bowser tenía un lado agresivo que asomó varias veces a lo largo de los años», escribió en Instagram. «Después de muchos consejos, decidimos que era hora de que Bowser siguiera adelante pacíficamente». Los perros muertos no duermen.

Entonces, Nikky y Dan pensaron que para llenar ese vacío existencial, nada mejor que adoptar un bebé. Ya saben, niño por perro. Eso sí, según publica ABC, tenían la intención de adoptar un niño de Tailandia. Pero dieron marcha atrás al saber que el país tiene «leyes únicas» con respecto a los bebés adoptados allí. Nikki comentaba: «Después de que recoges a tu hijo, es tu hijo, pero no puedes hablar sobre él ni compartir imágenes, fotos, vídeos, nada sobre él en internet durante un año». ¡Qué injusticia!

Dan comentaba: «No es sólo una regla que Tailandia tiene como, 'Oh, no puedes compartir nada o hablar sobre tu hijo durante un año'. Es que la adopción no se finaliza hasta un año después. Así que ya sabes, el niño vivirá en nuestra casa durante un año y no es nuestro hijo. Así que sí, tampoco estamos de acuerdo con eso».

Más tarde, en septiembre de 2018, la pareja anunció que iban a adoptar de Corea. Sin embargo, también dieron marcha atrás a esto cuando una agencia les indicó que no serían aprobados fácilmente dada su presencia en las redes sociales.