En el contexto de crisis mundial del automóvil, son muchos los fabricantes que están moviendo ficha y no sólo rebajando previsiones. Es el caso de Stellantis, cuyo volante de CEO asumió el italiano Antonio Filosa hace casi cuatro meses y días antes de cumplir 52 años. Un nuevo cargo, al tiempo que mantiene el que ya ocupaba (el de responsable del grupo en Norteamérica) y esto ahora le lleva a querer contentar a Donald Trump y no tener un mayor impacto de los aranceles, por lo que invertirá 13.000 millones de dólares (unos 11.189 millones de euros) en EEUU en los próximos cuatro años.
Un día después de que Moody’s rebajara su calificación, el fabricante automovilístico con sede en Países Bajos, que surgió de la fusión del francés PSA y el italo-estadounidense Fiat Chrysler Automobiles (FCA) en enero de 2021, ha anunciado su mayor inversión en los 100 años de historia que acumula en EEUU. Un movimiento que no sólo obedece a que Filosa también esté al frente de la división de Norteamérica ni que a entre sus 14 marcas se encuentren algunas estadounidenses (Jeep, Chrysler, Dodge y RAM), sino también a la evolución de sus resultados y al impacto de los aranceles impuestos por Trump. Recuerden que en el primer semestre, Stellantis ha tenido menores ingresos y unas pérdidas de 2.300 millones de euros, y se anotó un primer impacto de los aranceles (300 millones y bajada de producción). Además, ha advertido que dichos aranceles tendrán un impacto de 1.500 millones en el conjunto del año.
Ahora, semanas después de haber recuperado a Gilles Vidal en diseño y de cambiar de director financiero (Joao Laranjo ha cubierto la vacante que dejó Doug Ostermann, tras su marcha por motivos personales), ha anunciado una milmillonaria inversión en EEUU, donde cuenta con: 34 plantas de fabricación, centros de distribución de piezas y centros de investigación y desarrollo en 14 estados, empleando a más de 48.000 personas; 2.600 concesionarios y casi 2.300 proveedores. Parece que Filosa no quiere que el impacto de los aranceles sea mayor del ya previsto, por lo que Stellantis ha decidido ampliar su producción en EEUU un 50%, con el lanzamiento de cinco nuevos modelos, la producción del nuevo motor de cuatro cilindros y la renovación de 19 productos en los próximos cuatro años en todas sus plantas de montaje. Asimismo, incorporará más de 5.000 empleos en las fábricas de Illinois, Ohio, Michigan e Indiana.
“Esta inversión en EEUU, la mayor en la historia de la compañía, impulsará nuestro crecimiento, reforzará nuestra huella de fabricación y traerá más puestos de trabajo estadounidenses a los estados que llamamos hogar”, ha señalado FIlosa. “A medida que comenzamos nuestros próximos 100 años, estamos poniendo al cliente en el centro de nuestra estrategia, ampliando nuestra oferta de vehículos y dándoles la libertad de elegir los productos que quieren y les gustan”. Acelerar nuestro cambio de rumbo en EEUU ha sido una prioridad desde mi primer día. El éxito en América no sólo es bueno para Stellantis en EEUU, nos hace más fuertes en todas partes”, ha añadido.
Y la milmillonaria inversión al otro lado del océano Atlántico ha gustado al mercado y por ende, a los inversores, pues la cotización ha subido casi un 2,7%. Esto también habrá alegrado un poco a sus accionistas, entre los que destaca la familia italiana Agnelli, a través de su vehículo inversor Exor, que también ocupa la primera posición en los accionariados de Ferrari, CNH Industrial e Iveco. De hecho, John Elkann, el tataranieto de Giovanni Agnelli (uno de los fundadores de la empresa automovilística italiana Fiat junto a otros empresarios del Piamonte), es el presidente ejecutivo de Stellantis.
Eso sí, la cotización del grupo con sede en Países Bajos aún acumula una depreciación del 31,9% en lo que va de año... por las pérdidas y el contexto de crisis del sector.