En el mes del Ramadán se oyen y se repiten las proposiciones de multiculturales varios empeñados en asegurar que hay que amar a los musulmanes porque, después de todo, todas las religiones dicen lo mismo, todas son iguales.

Pues no: todas las religiones no son iguales. Islam y cristianismo, en concreto son radicalmente incompatibles porque para el islam llamar padre a Dios es una blasfemia, mientras que la infancia espiritual constituye la clave de toda la ascética y la mística católicas.

No, no son fusionables.