El dúo Fernández y Fernández, Alberto y Cristina, de la Casa Rosada a los tribunales de justicia
Los obispos argentinos, para ser exactos la Comisión Episcopal de Pastoral Social (CEPAS) de la Conferencia Episcopal Argentina, ha aclarado que Argentina debe pagar su deuda externa. Para decir eso hay que tener mucho valor. Sobre todo en Buenos Aires.
Y sin embargo, así es. Las deudas hay que pagarlas. Lo dice el séptimo mandamiento. Si no pagas una deuda estás robando al acreedor. Pero mientras los obispos argentinos sí dicen que es ético pagar la deuda externa argentina, los demagogos Fernández y Fernández, Alberto y Cristina, dicen que no, que no firman acuerdos con el FMI para no mostrar sus vergüenzas y, al mismo tiempo, el niño de doña Cristina monta el número patriotero-montonero contra el presidente por no haber defendido al pueblo ante el capitalismo internacional. Es decir, especula con la miseria de muchos argentinos que apenas sobreviven con las subvenciones públicas.
Lo que hay que impedir es la reventa de la deuda pública, para que unos buitres extorsionen a todo un país. El malo no es el FMI
Ahora bien, la refinanciación de la deuda entre el FMI y Argentina es el mercado primario de la deuda soberana. Lo que no se puede permitir es el mercado secundario, donde se revende la deuda pública sin control y donde unos buitres -aquí sí, buitres- extorsionan a todo un país en ese tenebroso mercado secundario de deuda cuando la posición de acreedor pasa del FMI a los fondos privados. Sólo los tontos pueden pensar que el malo es el FMI.
Por cierto, Alberto Fernández debería saber que el Nuevo Orden Mundial (NOM) pide todo a cambio de nada. Don Alberto, un peronista progre, decidió introducir a lo bestia el aborto y el gaymonio en Argentina para así suplicar al financismo internacional que fuera más considerado con su Gobierno y no se comportara como el cobrador del frac.
Naturalmente, el NOM aceptó su rendición incondicional, traicionando los valores cristianos que siempre han caracterizado al país austral y a continuación le dijo que cumpliera con sus obligaciones financieras. Aprobar el aborto no otorga el derecho a condonación de deuda. Fernández y Fernández olvidaron que el financismo internacional que asfixia a los países pobres es el mismo, exactamente el mismo, que promueve la gran matanza de los no nacidos y la majadera y venenosa ideología de género.
El salario también es una deuda que hay que pagar: que no duerma ni una noche contigo el jornal del obrero
Pero las deudas, como recuerdan los obispos argentinos a sus compatriotas, sí hay que pagarlas: es un deber moral. El mismo deber que tiene el empresario de abonar el salario -que no deja de ser una deuda- a su empleado. La biblia lo dice así: Que no duerma ni una noche contigo el jornal del obrero.