Ruinas en Roma
Con motivo de la demagógica adhesión de España a la demanda ante la Corte Internacional de La Haya, en la que Sudáfrica acusa a Israel de genocidio, el presidente del Gobierno español, solemne él, aseguró que "España está en el lado correcto de la historia", una frasecita que hace furor en las filas socialistas.
Insisto en que el equipo de propaganda del PSOE es muy bueno: su técnica consiste en que todos los ministros y altos cargos, así como los juristas, empresarios y, sobre todo, periodistas afines, pronuncien la misma frase con insistencia y reiteración.
Una de estas epigramas es el que habla de estar "en el lado correcto de la historia". Y como toda proposición redonda suele ser una formidable mentecatez.
No existe el lado correcto de la historia como no existe el lado incorrecto. La historia no existe, es la interacción de hombres libres.
Así pues, la historia es la historia de la libertad de la persona, que puede optar por el bien o por el mal. Y cruzadas todas las libertades individuales, dan lugar a un mundo o a otro. La Providencia, de hecho, no fuerza la historia, simplemente armoniza los miles de millones de libertades que se entrecruzan.
