Decíamos ayer que el cambio climático se ha convertido en el relevo del Covid-19. Se trata de la mayor mentira del historia, con expertos que no hacen más que meter la pata y un lavado de cerebro que sólo interesa a quienes pretenden una humanidad sumisa y temerosa.

Pero ahora viene lo mejor. El cambio climático es una profecía que mira al futuro. Los del calentamiento mental llevan 40 años asustándonos con el apocalipsis climático inminente. Se trata de meter miedo y lograr una sociedad sumisa, que renuncia a su libertad en nombre de la seguridad.

Pues bien, vean algunas de las predicciones, naturalmente fallidas, pero no eran bulos, ¡noooooooooo! Ojo al dato:

  • 1967: “Hambruna terrible para 1975”.
  • 1969: “Todos desaparecerán en una nube de vapor azul para 1989”.
  • 1970: “Edad de hielo en el año 2000”.
  • 1970: “América sufrirá racionamiento de agua en 1974 y racionamiento de alimentos en 1980”.
  • 1974: El agujero de ozono es un “gran peligro para la vida”.
  • 1980: “La lluvia ácida mata la vida en los lagos”.
  • 1988: Las Maldivas estarán bajo el agua en 30 años.
  • 1989: La subida del nivel del mar “destruirá” a la mayoría de países en el año 2000.
  • 2000: “Los niños no sabrán qué es la nieve”.
  • 2004: Gran Bretaña tendrá clima siberiano para 2020.
  • 2008: El Ártico se quedará sin hielo para 2018.

Y de postre, más predicciones fallidas que ha recopilado alguien a quien merece la pena seguir: Cristina Martín Jiménez:

  • “Mediterráneo sin playas. El norte salpicado de palmeras. Las aguas se tragan las costas. Los cauces del Ebro, Duero y Tajo estarán prácticamente muertos”. 25/2/01.
  • “En el año 2065, cerca de dos tercios del ozono terrestre ha desaparecido. No sólo en los polos, sino en todo el planeta”. 18/3/09.
  • Según la OMS, a finales de 2003 el calentamiento global “es culpable de 150.000 muertes anuales y esta cifra se duplicará en 2030, en especial en los países desarrollados”. 11/12/03.
  • “El calentamiento global será más acusado en los continentes que en los océanos, así como en las latitudes altas más que en las bajas, y más en invierno que en verano”. 15/9/07.
  • Al Gore considera al calentamiento climático como "la mayor crisis actual"… La habitabilidad para nosotros está ahora en peligro”. 13/10/06.

Lo bueno de estos profetas laicos es que son muy alegres. Y lo malo del último informe ONU -todos expertos- no es que nos amenace con el infierno -lleva 40 años haciéndolo- sino que no acepta discrepancia alguna, por muy científica, académica o experta que sea.

Y naturalmente, el culpable es el hombre, al que hay que someter. Y eso que el hombre no desertiza la naturaleza, la fertiliza.

Me dejo lo más actual para el final. Se trata de un artículo de Guus Berkhout (pueden leerlo en el documento adjunto), presidente de CLINTEL, poniendo en solfa el informe de la ONU con el que nos llevan castigando las teles desde el pasado lunes 9 de agosto.

Atención, utilizando fuentes del propio panel de expertos de Naciones Unidas, quienes, en pocas palabras, aseguran que los cálculos sobre el apocalipsis climático son muy exagerados… ¡y ellos saben que son exagerados!

Es lo que podríamos llamar la manipulación de los expertos para enterrar a la humanidad en sus propios miedos. Primero con el Covid, miedo a morir por el virus, con el cambio climático al miedo a la muerte se une el final del planeta tierra, nuestro final individual y nuestro final como especie. Y todo ello basado en una grandiosa mentira, que amenaza con convertirse en la madre de todas las mentiras.

Más confianza en la Providencia de Dios, que no ha creado el mundo para destruirlo, y menos utilizar presuntas tragedias futuras para tiranías reales en presente.

Porque la verdadera tragedia es esta: asustándonos con el cambio climático que acabará con todos nosotros, nos están obligando a vivir como no queremos ni podemos vivir durante mucho tiempo: con pánico, penuria y ansiedad.

Estamos ante una gran mentira y una gran estafa. En el juicio más indulgente, ante una brutal exageración. Además, no se admite discrepancia alguna.