ERC, Bildu y un par de separatistas chiflados más. Siempre que un majadero asegura que dos más dos son seis y un sensato le responde que dos más dos son cuatro, surge un tercero que en pro de la moderación y el diálogo, en nombre de la democracia, acaba concluyendo que dos más dos son cinco. Ese moderador pirómano se llama Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Con tal de mantenerse en el poder es capaz de admitir una reforma de la Constitución que contemple una España plurinacional y el derecho de autodeterminación, es decir, la independencia de Euskadi y Cataluña. Está a un paso. Por eso, Podemos está negociando con ERC, Bildu y otras excentricidades.

Batet descalifica a PP y Vox porque sólo buscan el "enfrentamiento" y llama lealtad constitucional a la sumisión a los dictados de Pedro Sánchez, "violencia machista" incluida

Y aún más importante que romper la unidad nacional es que la ruptura de España significa, como recordaba el cardenal Antonio María Rouco, la ruptura de un bien moral, dado que España es hija del Cristianismo, además de Tierra de María.

Pero centrémonos en el discurso de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, con motivo del Día de la Constitución... que es hablar de lo mismo. En la escalinata del Congreso, cumpliendo todo los protocolos sanitarios y con el sectarismo como guía y el lenguaje cantinflesco como norma, con un muy vigilante Sánchez al lado, que incluso tuvo el muy machista gesto de indicarle a la anfitriona del acto cuál era su lugar, antes de colocarse al lado, para asustarla con su presencia y no tolerar revisionismos. Todo de lo más bochornoso.

Empezando por el final: para Sánchez y Batet aún no ha llegado el momento de abrir el melón constitucional... pero están a punto: recuerden que la Constitución es nuestro acuerdo, cierto, pero también un "proyecto de futuro".

Mientras, los socios de Pedro Sánchez, también Podemos, aprovechan para exigir cambios en la Carta Magna y exigen reconocer el derecho de autodeterminación porque "la Constitución está agotada"

Un discurso equívoco que deja claro que si la condición para mantenerse en el poder es revocar la Constitución... ¡se revocará! Por de pronto, se trata de terminar con la Transición democrática abjurando de la Ley de Amnistía del 77 pero ojo, para des-amnistiar a la derecha, que según el insigne prócer comunista, compañero de armas de doña Yolanda Díaz, es donde está el mal.

En resumen, el discurso de Batet nos demuestra que continuamos inmersos en una etapa guerracivilista. Que es cuando Meritxell se olvida de que preside el Congreso y da un mitin sanchista con ataques con objetivo claro apenas velado, aunque sin citar: Pablo Casado y Santiago Abascal. Batet descalifica a PP y Vox porque sólo buscan el "enfrentamiento" y llama lealtad constitucional a la sumisión a los dictados de Pedro Sánchez, "violencia machista" incluida. Sí, en serio, suprimir la presunción de inocencia para el varón es ahora un precepto constitucional, según Batet.

Mientras, los socios de Pedro Sánchez, no sólo los nacionalistas, también Podemos, aprovechan para exigir un cambio en la Carta Magna y reconocer el derecho de autodeterminación porque "la Constitución está agotada". Todo ello con el apoyo entusiasta del abanderado Enrique Santiago Romero, un miliciano del siglo XXI, dotado de la misma mala leche que los milicianos del 1939.

Si no estás de acuerdo con el Gobierno eres un ultra. Batet habla de visión populista que pone en peligro los derechos de acuerdo y la capacidad de acuerdo, "vital en el sistema democrático". Lo que diga Sánchez

Lo más grave del discurso de Batet, es que termina cayendo en el pecado que dice combatir: "el principal enemigo de la democracia está dentro", en lo que ella llama la dinámica de enfrentamiento. O sea, que Casado y Abascal no son demócratas, pero Gabriel Rufián y Yolanda Díaz sí. ¿Cabe mayor sectarismo en nombre de la democracia?

Para entendernos: si no estás de acuerdo con Sánchez eres un ultra. De derecha claro, que extremistas de izquierda no existen. Batet habla de visión populista que pone en peligro los derechos de acuerdo y la capacidad de acuerdo, "vital en el sistema democrático". Eso, que dices que sí a quien tú sabes o estás muerto.