Hacer una economía como si fuese de plastilina y de la hacienda pública una inagotable caja de caudales de la que se puede sacar dinero a gusto de cada partido…
Es lo que se había creído "Syriza", el partido ganador en Grecia y lo que pretende imitar su aliado español "Podemos", aunque ya se está viendo la imposibilidad de gastar lo que no se tiene o de cargar los gastos previstos irresponsablemente al bolsillo de los demás contribuyentes europeos.
Las promesas, en este sentido, no pueden ir más allá de la realidad de una economía basada en la solidaridad europea y, sobre todo, en un principio básico inamovible: que no se puede gastar lo que no se puede recaudar.
El mayor favor que pueden hacer los partidos al electorado consiste en algo tan simple como explicar cómo se va a pagar todo lo que prometen, sobre todo en ese contexto en que vivimos, tan globalizado y tan fragilizado por los múltiples conflictos que nos acechan.
D. M.