Sr. Director: Recientemente, en una reunión con otras personas interesadas en los temas sociales se ha comentado el caso de Finlandia, país con un elevado nivel de vida con el mejor sistema educativo pero con un elevadísimo número de jóvenes con problemas sicológico (cerca del 50%). Al pensar en este caso me ha recordado el de una situación en los Estados Unidos de América: Hawái, donde sobra felicidad, es el quinto Estado en número de suicidios; Nueva York, a la cola en satisfacción de vida, registra la menor tasa de suicidas. Los investigadores planteaban en el estudio que en aquellas ciudades donde viven personas satisfechas con sus vidas tienden a tener mayores tasas de suicidio que aquellas con niveles de satisfacción medio-bajo en cuanto a calidad de vida. Y ponían el ejemplo del contraste estadounidense entre Hawái y Nueva York. Según sus datos, Hawái sería el estado estadounidense que registra niveles de felicidad más altos entre sus habitantes (segunda posición), y en cambio, es el quinto -de un total de 50 estados- en número de suicidios. Por su parte, Nueva York, situado a la cola de los estados con mayor satisfacción de vida -posición 45- registra la menor tasa de suicidio del país, justo por detrás del Distrito de Columbia. Para llevar a cabo esta comparativa, los investigadores crearon dos bases de datos con las que recopilaron, por un lado, información a nivel individual facilitada por 1,3 millones de estadounidenses, y por otro, las decisiones de suicidio entre una muestra independiente y aleatoria en la que participaron alrededor de un millón de ciudadanos de los Estados Unidos. Asimismo, analizaron datos microeconómicos sobre el bienestar y el suicidio. A modo de conclusión, los autores del estudio señalaban que "los seres humanos pueden construir sus normas mediante la observación del comportamiento y los resultados de otras personas, y tienden a juzgar su propia situación con menos dureza cuando ven a otras personas con resultados similares a los suyos", pero en este caso juega también, y mucho, la vida familiar. Jesús Domingo Martínez