Sr. Director:
Hemos abandonado la casa paterna que Dios nos brindaba, en la cual había paz, fraternidad, amor, alegría e ilusión, y nos hemos entregado voluntarios como esclavos, a las órdenes de estos personajes maléficos, perversos, tiranos, malvados, los cuales con la colaboración impagable de muchos obispos de la Iglesia Católica, que se han sometido, mas bien colaboran voluntariamente, han establecido una esclavitud en la sociedad que ni los condenados a galeras padecían. Para entrar en una iglesia es como entrar en una sala de leprosos, fregoteo de las manos, mascarilla obligatoria y guardar la distancia, y ya el colmo es al dar la comunión, allí ya no está Dios, es simplemente una galleta.
Las personas deambulan por las calles embutidos en sus mascarillas, auténticos seres fantasmales, muertos vivientes. La mies está madura y llega el tiempo de la siega. Queda un resto que ha permanecido fiel y tendremos que ir a África o Asia para encontrarlo. Según el Anuario Estadístico de la Iglesia, de 2019, los católicos en África aumentaron 8 millones; en Europa disminuían en 292.000. África y Asia nos regalaron 3.638 nuevos presbíteros. Está caro, la mies está a punto de la siega, del Occidente antes cristiano, incluida Roma, no quedará piedra sobre piedra. Habrá que desplazarse a África o Asia para encontrar católicos.
Feliz Año Nuevo y que se cumpla la voluntad de Dios aunque nos duela.