Sr. Director:
El gobierno catalán acaba de publicar unos datos llamativos sobre las lenguas utilizadas en los comercios. Resulta que en Barcelona, donde el 60% de ciudadanos somos castellanohablantes, tan solo un 15% de tiendas rotula en castellano, cuatro veces por debajo de lo que sería lógico por su presencia social.
En otras ciudades catalanas la presencia del español es aún menor: en Lérida ya solo quedan un 9% de rótulos de comercios en castellano y en Gerona, aún menos, un 5%. Es evidente que las multas lingüísticas a los comerciantes que usan el castellano en vez del catalán están haciendo su efecto y acabando con el español en la rotulación de nuestras tiendas.
Me resulta curiosa esta "normalización lingüística" consistente en que la lengua mayoritaria de la sociedad se convierte en minoritaria y residual en los comercios debido a una política de sanciones. Quizá sería más apropiado llamarle "ingeniería social nacionalista".
José Martínez
Caso Begoña. Menos mal que no había "nada de nada"... porque el Gobierno ha entrado en modo histeria
24/07/24 17:13