Sr. Director:
-Hay quien piensa que la escuela privada no "juega limpio" en esa competición de la que Ud. hablaba (incapacidad de algunas familias para pagar estos centros, supuestos criterios no meritocráticos en la selección del alumnado). Hay quien directamente acusa a la privada de fomentar la desigualdad. ¿Qué valor tienen estas críticas? Preguntaban al alemán Ludger Woessmann, uno de los principales expertos mundiales en economía de la educación.
-“Ciertamente, existe el riesgo de que las escuelas privadas incrementen la segregación y la desigualdad del alumnado. En este sentido, hay dos aspectos que las administraciones deben tener en cuenta para prevenirlo. Lo primero tiene que ver con la financiación. Obviamente, no puede ser que solo las familias ricas tengan acceso a estos centros. De hecho, estudios recientes demuestran que los centros que se financian sobre todo con fondos privados no producen una verdadera competitividad, y por tanto no mejoran el sistema, porque solo aumentan la oferta para unos pocos. Por tanto, tenemos que caminar hacia una mayor autonomía en la gestión de los centros, combinada con una mayor financiación pública. Una vez más, Holanda es un buen ejemplo: tres cuartas partes de los estudiantes acuden a una escuela de gestión privada. Pero estas escuelas son sostenidas con fondos públicos en igualdad con los centros de gestión estatal. Además, la misma Constitución garantiza que sea así.
El-segundo aspecto para asegurar una competitividad meritocrática tiene que ver con la selección de alumnos. A los centros privados se les debería prohibir el cream-skimming (emplear criterios diseñados para descartar a alumnos no "apetecibles"). Una vez resuelto esto, para que la competitividad funcione, lo más importante es asegurar que los buenos colegios pueden expandirse, y, consecuentemente, que los malos puedan hundirse. Así se crean los incentivos para mejorar la calidad. Por tanto, si muchos estudiantes quieren acudir a una determinada escuela, esta tiene que poder crecer para atender la demanda. Si, por problemas logísticos, en un curso no se puede dar plaza a todos, probablemente lo más justo sería asignarlas por medio de un sorteo.”