La fuerza de unas mujeres, la esperanza del Amazonas
Ha tenido lugar la bendición de una ermita en una colina sobre el río Uatumá de Brasil, que significa "Mujer bonita", en pleno corazón de la selva amazónica. La ermita cobija una talla de la "Virgen de la Esperanza".
La Virgen sostiene en sus brazos al Niño y establece con El una relación maternal con la mirada. El Niño sonríe con una complicidad de chiquillo. La talla se encargó como homenaje a Maruja Moragas, profesora del IESE, por sus hijos y amigas, como la profesora Nuria Chinchilla.
La talla ha sido realizada en Madrid por Diana Garcia Roy en escayola y para este caso se ha transportado la primera copia en resina.
Hace años, en Barcelona, la profesora Chinchilla conoció a la doctora Fátima López, médico boliviana, especialista en enfermedades tropicales, fundadora de "SEMBRANDO SONRISAS", que horadando pozos de agua, mejora la salubridad de los habitantes ribereños del Amazonas.
Y surgió esa amistad, que va más allá de lo circunstancial, entre la profesora Nuria Chinchilla y Fátima López. Ésta regresó a su pequeño mundo, alejado de la civilización, con los pescadores de las riberas amazónicas.
Maruja se fue al cielo. Pero sus deseos, sus ilusiones y sus obras permanecían intactos. Y eso es lo que detectó su gran amiga, la profesora Nuria Chinchilla al conocer a Fátima.
Nuria se puso en marcha, con un reto por delante. No sólo llevar agua limpia al Amazonas sino algo más, ESPERANZA. Después de muchas vueltas concibió la idea de llevar una Virgen muy maternal, a la selva.
Una mujer, Diana, puso la creatividad y otras mujeres como Esther o Inma se involucraron para conseguir los medios económicos. Y en menos de 6 meses la talla salió rumbo a Manaus. Allí fue recibida por los ribereños con inmenso gozo. Y hubo bautizos, conversiones y cientos de manifestaciones de cariño a la que es su ESPERANZA.
A la doctora Fátima López, la esclerosis múltiple que la acompaña desde hace seis años, la ha obligado a cambiar su residencia a Sao Paolo pero no le supone abandonar a aquellos que nadie tiene en cuenta. Atiende a unos 10.000 ribereños y ha horadado más de 30 pozos.
Clemente Ferrer
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