Pocos osarán dudar de los benéficos efectos que ha de surtir en la población española la incomprendida y muy criticada subida de la electricidad un 10%.
El propio Gobierno nos ha indicado que esto redundará positivamente en el ahorro familiar. La cosa no quedará ahí. A poco que analicemos la situación los beneficios se verán a largo plazo, llegando incluso a enderezar el ahora tambaleante sistema de pensiones.
Si a la brutal subida le sumamos las reducciones de sueldo y la congelación de pensiones, las cenas las tendremos que hacer iluminándonos con velas; y ya se sabe que esto aporta un ambiente de lo más íntimo y romántico. Una vez acabada la cena, al no poder encender la estufa ni poner la televisión, no quedará más remedio que irse a la cama inmediatamente con el halo romántico de la recién acabada colación, y allí ya se sabe lo que suele ocurrir, y más si queremos entrar en calor.
En definitiva que habrá un importante crecimiento, y por tanto rejuvenecimiento, de la población, que dentro de pocos años serán los llamados a sostener el futuro sistema de pensiones.
Si Santa Teresa decía que Dios escribía con renglones torcidos podremos decir, sin temor a equivocarnos, que nuestro ejecutivo legisla con decretos retorcidos.
Manuel Villena Lázaro