El presidente de la Generalitat reclama que la unanimidad no sea perjudicial para Cataluña
Mucha polémica ha despertado la reunión mantenida por ZP con sus barones. La verdad es que habría preferido que el encuentro en la resucitada bodeguilla fuera más discreto. Pero la filtración obligó a confirmar la cita.
El encuentro de tres horas y media estaba previsto para tratar de limar asperezas sobre financiación autonómica. Y es que en los últimos días se ha escuchado al presidente extremeño diciendo que se verán las caras si termina por prosperar la propuesta catalana. Había que rebajar la tensión. Prueba superada. O casi. El presidente balear, Antich, dice que la solución pasa por adaptar el modelo al incremento poblacional. Parece que por ahí hay consenso. También entre los populares.
Nadie entró en la letra pequeña. Quizás porque no hubo espacio para la letra pequeña. Era una reunión política, no técnica. Tan política y no técnica que ahí estaban De la Vega, Blanco y Rodríguez Piñeiro, además de Solbes. ¿El objetivo? Los trapos sucios se lavan en casa. Objetivo logrado a medias. Porque el presidente de la Generalitat catalana, Josep Montilla, sigue erre que erre diciendo que no va a aceptar que el criterio de unanimidad (multilateralidad) perjudique a Cataluña ni ponga en cuestión el Estatut. O sea, buen rollito, el necesario, pero Cataluña es una prioridad. Doble contra sencillo a que los barones terminan contestando. A ZP se le suben a las barbas los reinos de taifas. Como a Rajoy.