Sr. Director:
Tratando de entender la fuerte vocación europeísta del señor Zapatero y cómo convive ésta con su fuerte sentimiento autonomista-nacionalista, especialmente catalán y vasco, he llegado a una conclusión, que puede ser o no válida, pero que parece que encaja con la dinámica política que estamos viviendo. Mi conclusión es la teoría del terrón de azúcar.
En mi opinión, el señor Zapatero imagina
En paralelo, con su vocación europeísta, el señor Zapatero presenta una gran vocación autonomista. ¿Cómo conjugar ambas vocaciones? Muy sencillo, fragmentando el terrón de azúcar en varios trozos. De esa manera, satisface a sus socios de Gobierno vasco y catalán, asignándoles sus respectivos trozos, y satisface también sus probadas ansias europeístas logrando que el terrón de azúcar español, una vez fragmentado, se disuelva más rápidamente, el primero de todos.
Y el señor Maragall y el señor Ibarreche están encantados, claro, porque ven fragmentarse el terrón de azúcar. Efectivamente, pero el señor Zapatero no les ha hablado del tazón de café con leche.
Mariano Benito
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