Sólo un fenómeno inesperado podría despegar al presidente Zapatero del sillón presidencial. Acaso un rescate de Bruselas, que en el mundo económico nadie cree posible. Tendremos Zapatero hasta marzo de 2012.
Los rumores y especulaciones sobre su sucesor han ensombrecido el auténtico drama de la política española: Zapatero no se va ni con agua hirviendo. Lo confirmó este viernes el vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, al anunciar que el Ejecutivo se propone agotar la legislatura. Sobre lo que venga después todavía hay dudas y ni el propio Rubalcaba quiere manifestarse: mientras en el partido todavía hay quien defiende a ZP como único candidato, el vicepresidente sería la alternativa para intentar una nueva victoria o una derrota dulce. Si ninguno de los dos se presenta, siempre nos quedará Marcelino Iglesias.
Mariano Tomás
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