Ya lo dijo su antecesor en la Presidencia, José María Aznar: "Nadie ha hecho tanto daño en tan poco tiempo"

 

Había cierta expectación ante el último duelo parlamentario de la legislatura hoy en el Congreso. Porque si la semana pasada, el portavoz del PP en el Senado, Pío García-Escudero, no quiso cargar las tintas en su despedida al presidente del Gobierno, hoy, el líder de la oposición, Mariano Rajoy, no ha ahorrado críticas a la gestión de Zapatero.

Comenzaba este admitiendo que se siente "responsable" de la "muy elevada" tasa de paro con la que deja el Ejecutivo y que no se va "en absoluto satisfecho". Pero ha utilizado su recurso habitual: recordar que en esta legislatura el mundo ha sufrido la crisis más grave desde hace ochenta años, que ha obligado a "un combate durísimo". Es decir, que él no ha tenido la culpa de las medidas que tuvo que adoptar en mayo, los recortes sociales que congelaron las pensiones y redujeron el sueldo de los funcionarios.

Pero no cuela. Porque, como siempre se le ha recordado al presidente, no quiso ver la crisis, la vio tarde, tomó medidas también tarde y estas fueron insuficientes. Además, si le obligaron a tomar decisiones que iban contra su ideario político, ¿por qué no dimitió?

Como decíamos, Mariano Rajoy no ha querido soltar la presa en el último día en que lo ha tenido delante y le ha reprochado la "herencia envenenada" que, seguramente, le deja a él y le ha recordado algunos de sus errores: "gobernar sin un plan" o crear "falsas expectativas" a los ciudadanos sobre la recuperación.

Por su parte, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, no ha querido perder vela en el entierro zapateril y decía que la sociedad "no va a olvidar" las decisiones tomadas en su última Legislatura, sobre todo, desde mayo de 2010, cuando aprobó un plan de ajuste de 15.000 millones de euros, una "etapa muy dura" contra los trabajadores y las "capas más débiles" de la sociedad.

Ahondando en la herida, el líder del PP también le ha recordado a Zapatero "que no se puede gastar lo que no se tiene" disparando el déficit y la deuda. Una deuda que, según publica hoy Invertia, supone el doble de lo que recaudará por el impuesto de Patrimonio y por la que el Estado pagará este año un sobrecoste de 2.185 millones de euros en intereses respecto a 2006, el mejor año económico de la década para España.

No obstante, tanto el socialista como el popular han querido terminar con un canto de esperanza. Si Zapatero aseguraba tener "confianza plena" en el futuro de España y su capacidad de luchar contra la crisis, Rajoy argumentaba que España "es un gran país" y va a superar esta situación con un nuevo Gobierno. Una esperanza a la que se unía también el presidente de la CEOE, Juan Rosell, quien cree que "España tiene futuro si hace las reformas" necesarias.

Desde luego, la herencia que deja Zapatero es la peor de los años de democracia y en todos los ámbitos: ETA otra vez en las instituciones a través de Bildu, líos entre CCAA y Estado central, nacionalismo desbordado, la economía por los suelos, aborto libre, matrimonio homosexual,... Como dijo su antecesor en el cargo, José María Aznar, "nadie ha hecho tanto daño en tan poco tiempo".

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com