El objetivo final es vender la empresa a u n tercero, previsiblemente francés, y jubilarse. Sus hijos heredarán Fertiberia. Lo peor: el maltrato a los minoritarios: la OPA no tiene prima, sino contra-prima. Villar Mir podría entrar en conflicto con Sacyr si la compradora fuera la francesa Eiffage, participada por SyV. Hacía ya un tiempo que las seis grandes constructoras españolas se habían quedado en cinco. El Gobierno pierde un peón para su plan industrial, salvo que las constructoras españolas, como se rumorea en la City, se haga con OHL
A primeras horas de la mañana del jueves, cuando la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) suspendía la cotización de la constructora OHL, tras una tarde noche de rumores en la City, alguno de los directivos, y familiares, más próximos a Juan Miguel Villar Mir, que controla el 50% de las acciones de OHL, no tenían la menor idea de la OPA. Esta es la miseria y la grandeza del personaje: Juan Miguel no se fía de Villar Mir.
Recordemos que durante la última Junta General de Accionistas, y ante las críticas sobre la carencia de sucesor claro (don Juan Miguel tiene 78 años) ungió a sus hijos, uno de ellos, Juan Villar-Mir de Fuentes, el hijo mayor, con categoría de vicepresidente, como los llamados a recoger el testigo. Sólo que no va a ser así. Su familia, en tal caso, heredará Fertiberia, una mina cuasi monopolística de hacer dinero con fertilizantes, mientras OHL, al menos eso se temen todos, acabará en manos francesas. Es más, si Villar Mir ha dado el paso, es porque ya tiene comprador ulterior. Y como sea Eiffage, sospecha más que extendida, van a tener bronca con Sacyr Vallehermoso, accionista de referencia del tercer grupo constructor francés.
Este es el problema de Villar Mir, que, como le ha ocurrido a Manuel Jove en Fadesa, la falta de sucesor acreditado. Y la obsesión por dirigirlo todo hasta el último minuto fuerza que la sucesión se realice por venta a un tercero.
El caso del ex ministro es singular, Villar Mir trabaja todos los fines de semana. Su única diversión consiste en un paseo con su esposa los domingos. No delega porque sencillamente no sabe delegar: ni en sus directivos ni tampoco en sus hijos. Además, todo, absolutamente todo, debe pasar por él. Sin embargo, esta fuerza de la naturaleza ha pinchado en seco : Por decirlo en pocas palabras, Fertiberia va bien, pero OHL va marcha mal. Ha perdido la carrera con las otras cinco grandes de la construcción (ahora llamadas empresas de infraestructuras). ACS, Ferrovial, Acciona, Sacyr y FCC le han pasado de largo, como puede verse en el cuadro adjunto.
En cualquier caso, el Gobierno Zapatero pierde un recurso para mantener un tejido industrial español. Como acaba de declarar el secretario de Estado asesor de ZP en materia económica, Miguel Sebastián, al Ejecutivo le parece estupendo que las constructoras inviertan en empresas estratégicas, ya sean energéticas o bancarias.
El caso OHL demuestra, al mismo tiempo, las prueba más dura de las empresas familiares: la sucesión. O bien porque la segunda generación no se involucra en el negocio, haciendo realidad el viejo dicho de padres ricos, hijos tontos, nietos pobres o porque el reparto entre los herederos trocea el patrimonio porque, como en el presente caso, el forjador del imperio es incapaz de delegar en sus sucesores hasta el mismo día de su jubilación siendo que no se jubila hasta que le obliguen las circunstancias.
Ahora bien, independientemente de que Juan Miguel Villar Mir consiga su propósito la OPA que ha lanzao sobre la empresa que controla es, cuando menos discutible. Recordemos: Villar Mir superó el 50% del capital tras amortizar autocartera. Ahora, ofrece, mejor dice que ofrecerá durante los próximos tres meses, 15,6 euros por acción, cuando al cierre de la sesión del miércoles los títulos ya cotizaban a 17,3. Es verdad que la especulación, como siempre en la bolsa de Madrid- provocó una subida del 7%, pero aún así, la oferta de Villar Mir es un 10% inferior al valor bursátil. Aquí no hay prima, sino contraprima. Además, dadas las intenciones de Villar de convertir a OHL en una filial de otra entidad, lo cierto es que el accionista que no acuda a tan rácana oferta corre el riesgo de que los títulos se devalúen aún más.
Por cierto, otro que se va a poner las botas es la familia mexicana Gómez Sáinz (Hidafa), que compró un 13,4% de OHL a 9 euros. La misma operación que en Corteffiel: ¿Existe proyecto industrial en ese tipo de inversores? Ninguno, es especulación pura y dura.