- El problema de Telefónica es la falta de liquidez y el incremento continuo de los costes financieros.
- Ni 782 millones de euros en desinversiones han logrado paliar el apalancamiento de la compañía.
- El flujo libre de caja por acción, que pasa de 2,02 a 1,55 euros.
- Por primera vez, los ingresos en Iberoamérica superan a los de Europa.
Se veía venir, en nuestro análisis de los resultados de la sociedad a junio, ya nos hacíamos eco de la situación financiera de Telefónica y de cómo sus administradores habían contado a los inversores la situación económica real, que no es otra que con dificultades, como todos en estos difíciles momentos.
Cuando el folleto de la presentación de unos resultados comienza hablando del OIBDA, malo. Ya te puedes esperar lo peor, y es que el primer párrafo de la presentación no tiene desperdicio:
"Estabilización interanual del OBITDA en el cuarto trimestre (-0,1% en términos orgánicos), que registra tres trimestres consecutivos de crecimiento secuencial y de expansión de márgenes".
El OBITDA no es más que un margen casi idéntico al EBITDA o, lo que es lo mismo, a nuestro resultado bruto de explotación: básicamente lo que deja el negocio para poder atender el pago de la deuda y sus intereses, pues no le descontamos las amortizaciones (que no suponen pagos) ni dichos intereses, ni los impuestos (pues si todo lo dedicas a pagar intereses, tu beneficio es cero y no hay impuestos).
La realidad es tozuda y si en junio el resultado de Telefónica era duro en diciembre se confirma: 3.928 millones de euros, un 27,3% menos que en 2011. Una reducción a la que se ha llegado por los saneamientos de 2.536 millones de euros, que han tenido que realizar sobre las participaciones en Telecom Italia y Telefónica Italia y los 438 millones de euros, producto del impacto de la devaluación del bolívar venezolano. Esto es lo que nos remarca la carta del Sr. Alierta (en la imagen), pero si rascamos un poquito más nos encontramos con 416 millones de euros extras de gastos financieros. Y entonces volvemos a recordar junio, con su retahíla de emisiones de deuda para financiar la actividad y las desinversiones en activos, que han continuado durante el segundo semestre del año (Telefónica, Deutschland, CRM, Atento), y que en el conjunto del ejercicio han llegado a suponer 782 millones de euros, para paliar la falta de caja, esa generalizada 'maldita falta de liquidez'.
Todos los indicadores muestran que los problemas de Telefónica son los financieros: falta de liquidez e incremento continuo de los costes de financiación. La medida más limpia para entender lo que ha pasado es la caída del flujo libre de caja por acción, que pasa de 2,02 a 1,55 euros. Con esa caída los buenos dividendos que pagaba Telefónica, ahora suspendidos, tardarán en volver, porque el saneamiento financiero resulta prioritario.
Un dato más: los ingresos de Telefónica Latam superan por primera vez a los de Europa, y dentro de ésta el negocio nacional continúa bajando su aportación llegando al 31% del total. Otra forma de verlo es comprender que es la globalización: los ingresos caen en Europa (-6,5%) y suben en Iberoamérica ( 5,5%) y los gastos de personal, el recurso para mantener los márgenes, caen en Europa ( 45,4%) y suben en Iberoamérica ( 13,5%).
Resultado: el margen del acrónimo impronunciable (OBITDA) sube en ambos territorios, pero más en Europa ( 10,2%) que en Hispanoamérica ( 2%).
La información, muy farragosa y, según la propia operadora elaborada, de acuerdo con la Normativa Internacional Contable, pero no auditada.
Rodrigo de Silos
rodrigode@hispanidad.com