Durante una reunión reciente en Barcelona, el consejero delegado de la holandesa KPN se mostró dispuesto a comprar O2 Alemania, es decir, la filial de Telefónica en aquel país. Sin embargo, de inmediato, en el mismo cónclave, el director financiero de la compañía, Santiago Fernández Vallbuena, le respondió que a Telefónica le quedaba mucho por hacer en Alemania.
La verdad es que, tras la tomadura de pelo germana, con el mega precio exigido por la licencia, el país no constituye uno de los puntos fuertes de la geografía de la operadora, que funciona allí con el nombre de O2, su filial británica y líder en el Reino Unido. Ahora bien, lo que se pretende es, precisamente, ampliar cuota y no marcharse. De ahí que Alierta estudie la compra de Hansenet, la filial de Telecom Italia en Alemania.
Por cierto, lo que sí le funciona a Telefónica en el país de los godos es el servicio virtual de bajo coste. 700.000 clientes en pocos meses lo atestiguan. Los inmigrantes turcos y kurdos están muy contentos con dicho servicio.