El desastre de Caribe Visión puede ser la gota que termine con la paciencia de Berlusconi, que se está planteando el cese su delegado en España

Según anunció el pasado día 31 de julio, en Miami Hispanic Market Weekly, se ha cerrado un acuerdo entre el Canal 41-America TV y Caribe Visión (CV), y que se hará publico en Puerto Rico el próximo día 6 de Agosto. En dicho acuerdo Caribe Visión cede la total gestión de su cadena, la gran apuesta de Paolo Vasile en USA, a America TV que hasta el momento era uno de los canales locales  de la competencia.

Esta cesión de gestión integral de la cadena ha dejado en la calle a casi todos los empleados de CV y, según comentó uno de ellos, es como si Paolo Vasile cediera la gestión de Telecinco a Mauricio Carlotti de Antena 3. Esos empelados aún no logran entender que dos grupos  como Telecinco y el Grupo Burillo Azcárraga no hayan sido capaces de sacar adelante un proyecto de televisión,  teniendo en cuenta la  exitosa trayectoria  que estos grupos han tenido en este sector. Es cierto que esa experiencia  ha sido en  sus propios países, pero en los medios se confiaba en ese valor añadido y al potencial económico que ambos grupos poseen.

La reconocida experiencia de estos holding no les ha servido, pues a los 18 meses de haber constituido una sociedad conjunta para llevar adelante el proyecto de CV han decidido renunciar a capitanear el proyecto que, en un principio, trazaran  como una apuesta a largo plazo, y aceptar el fracaso, sin tener en cuenta que America TV necesitó al menos cinco años para equilibrar sus presupuestos.

El descontento entre los empleados despedidos de CV es mayúsculo y aseguran a Hispanidad que nosotros somos profesionales y hacíamos bien nuestro trabajo  pero los directivos no tenían la experiencia suficiente, y vinieron a Miami a jugar al golf por las tardes y a jugar a hacer televisión por la mañanas, tal como ha quedado demostrado con el fracaso sufrido tras su errática gestión de los últimos 18 meses.  Continúan los empleados afirmando que había mas caciques que indios, ya que el número de miembros del consejo superaba el de los ejecutivos, que además no tenían experiencia en televisión.

Por otro lado, los problemas legales de CV han seguido multiplicándose, y entre las muchas demandas presentadas cabe destacar las de los socios minoritarios Carlos Vasallo y Alfredo Fraile, presentadas directamente contra el Consejo de CV. Resulta paradójico destacar que estos socios, que fueran apartados arbitrariamente de la gestión de CV, hayan sido capaces de poner en marcha durante este período en USA dos canales de televisión con gran éxito y están próximos a lanzar otros dos proyectos.

Todo lo sucedido se está pretendiendo ocultar a los medios y la opinión pública internacional,  disfrazando este fracaso como un acuerdo de colaboración, imposible de comprender entre empresas competidoras; seguramente por la negativa repercusión que traerá para los protagonistas, dada su relevancia  y trayectoria, tal vez porque coincide con su etapa más crítica profesionalmente. Buena prueba de este fracaso es el abandono de los dos edificios que ocupaba Caribe Visión, a los que sólo visita Carlos Barba, al que Vasile colocó al frente de CV y cuya gestión está en los tribunales, esperando que alguien se digne a decirle algo.