Cerca de 4 millones de personas se encuentran en una situación de grave inseguridad alimentariaLa red sociocaritativa de la Iglesia católica, Cáritas, continúa trabajando en la República de Sudán del Sur para ayudar a la población cuya situación actual se debate entre la violencia de un conflicto armado y los efectos de una grave crisis alimentaria que amenaza con convertirse en hambruna.

Según el último informe de la OCHA (la oficina de ayuda humanitaria de la ONU), los combates entre el ejército gubernamental del presidente Salva Kiir y los militares sublevados que apoyan al depuesto vicepresidente Riek Machar han obligado a casi 1,8 millones de personas (la séptima parte de la población sursudanesa) a dejar sus hogares huyendo de la violencia: de ellas, 1,3 millones son desplazados internos, mientras que otras 450.000 han huido a los países vecinos como Etiopía, Kenia, la República del Sudán y Uganda.

El abandono de los cultivos por parte de las personas que huyeron de sus comunidades y su hacinamiento en campamentos abarrotados de desplazados, sumado a las fuertes precipitaciones registradas en los últimos meses –Sudán del Sur se encuentra en en estos momentos en plena estación de lluvias–, que destruyen cosechas e infraestructuras e impiden a los organismos humanitarios llegar a la población, han abocado a cerca de 4 millones de personas a una situación de grave inseguridad alimentaria. Además, esas lluvias y la falta de condiciones higiénicas en los campos han causado un fuerte aumento de enfermedades infecciosas, como el cólera y la malaria.

En esta situación, la red Cáritas, la Iglesia local y varias congregaciones religiosas continúan ofreciendo asistencia de primera necesidad a los más vulnerables. Junto a la distribución de alimentos, mantas, material de refugio, artículos domésticos y kits de higiene a la población desplazada, se están desarrollando programas de acceso a servicios básicos, como salud y saneamiento mediante la instalación de sistemas de distribución de agua potable en varios campos de desplazados y el reparto de medicamentos y pastillas de purificación de agua.

Los objetivos del trabajo que lleva a cabo la red Cáritas en el país se extienden también hacia la reconstrucción y la reconciliación. Para ello, se contempla, por una parte, la puesta en marcha de programas de recuperación de la actividad agropecuaria mediante la distribución de semillas y aperos de labranza que permitan a los campesinos cultivar sus tierras cuando regresen a sus lugares de origen y, por otra, acciones de prevención ante futuras crisis, como actividades de promoción de hábitos de higiene para reducir la transmisión masiva de enfermedades infecciosas.

"Nuestra única esperanza es que regrese la paz a Sudán del Sur y las personas puedan retornar a sus tierras y seguir con sus vidas", afirma Gabril Yai, director de Cáritas de Sudán del Sur.

"Si los agricultores no pueden volver a sus casas, la hambruna llegará a finales de año", advierten, por su parte, los expertos de Caritas Internationalis. Y como sólo volverán cuando finalicen los combates, Cáritas sigue reclamando a las partes en conflicto la firma de un acuerdo que ponga fin a las hostilidades, además de apoyar iniciativas de construcción de la paz, como lleva haciendo en esta región desde hace más de una década. Y es que este conflicto es sólo el último de una serie de brotes de violencia que sacuden al país de forma periódica.

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com