Ambiente de entendimiento en las reuniones bilaterales Gobierno-Generalitat
Así que tanto Gobierno como Generalitat pudieron ponerse el bañador con un poco más de tranquilidad. Así ha ocurrido en relación a conflictos mantenidos en relación con el desarrollo sostenible del medio rural, la Ley Catalana 4/2008 de 24 de abril del Libro Tercero del Código Civil de Cataluña y la regulación de las profesiones del deporte.
Los acuerdos bilaterales que resuelven unos conflictos remitidos al TC se producen poco antes de que el Alto Tribunal resuelva su posición sobre la consulta de Ibarretxe donde no sólo señala que el lehendakari no tiene competencias para convocar referendums (ni si quiera sean no vinculantes legalmente) sino que aclara que la soberanía nacional no es troceable y que por lo tanto, sólo existe una soberanía nacional: la española. La sentencia sobre la consulta de Ibarretxe da pistas sobre la posible sentencia del Estatut: ni Cataluña puede ser una nación, ni puede convocar referendums, ni se puede consagrar la relación bilateral.
Esto es lo que se espera por parte del PP. Trillo mete prisa y advierte que el TC lleva 5 meses de retraso injustificado. Algunos socialistas -entre ellos el propio Solbes- también esperan que sea el TC quien deje el Estatut "limpio como una patena". Sin embargo, Montilla presiona. Y espera que sea el nuevo Constitucional quien resuelva. Es la tesis que señalan a Hispanidad desde la Moncloa. "No va a tener tiempo", argumentan. Veremos. Porque curiosamente, da la sensación de que la controvertida sentencia no será igual si resuelven unos u otros. Por eso las prisas de unos y la parsimonia de otros. ¿Y Zapatero dónde se encuentra? Da la impresión de que es más partidario de dilatar que de concluir.