Si los sindicatos han organizado la huelga del Metro para los días del encuentro de los jóvenes de todo el mundo con el Papa y que reunirá en torno a él a más de millón y medio de personas, pretendiendo un boicot a este gran acontecimiento, tenemos que decir que no nos representan y que ha llegado ya la hora de que se plantee la financiación pública de estos sindicatos con el dinero de todos.
No se puede entender que cientos de millones de euros que reciben de todos los españoles, a través del Gobierno, puedan utilizarse en este tipo de discriminaciones por motivos religiosos, anticatólicos. En este caso, no vale el pretexto de sus reivindicaciones, que pueden ser planteadas en cualquier otra fecha, más oportuna.
Creo que es el momento de que el Congreso estudie su financiación a cargo de la cuota de sus afiliados, o que se establezca una casilla en el impreso para la declaración de la renta de Hacienda, como se ha hecho con la Iglesia Católica.
Creo que esto sería lo más justo y no indignaría a todos los que no quieren participar, con sus impuestos, en este tipo de actos.
Una vez más, una minoría impone a la gran mayoría, su ideología, y esto no es justo, porque no nos representan.
Nicolás Arroyo Fernández