No es broma. La asistencia social y la filantropía estatal se han convertido en la nueva arma del Estado para inmiscuirse en la familia.
El lema podría ser: "O eres políticamente correcto o te quitamos a los hijos". El Estado lleva 200 años entrometiéndose en la vida privada, individual y familiar, claro que lo hace por nuestro bien. Para ello se aprovecha de la crisis familiar, de los enfrentamientos entre hombre y mujer, azuzados por un feminismo que pretende cambiar la lucha de clases en lucha de sexos.
No mucho más, que las pruebas me remito. Me llega a través de Projusticia, la asociación que trata de defender los derechos de los padres víctimas de la ley de Violencia de Género del Gobierno socialista que ha generado un verdadero, y muy lucrativo mercado del maltrato. Como ya he advertido otras veces, hoy, todo abogado que tiende a una mujer que pretende separarse de su esposo le aconseja que alegue malos tratos: esto es suficiente para que se quede con los hijos, con el patrimonio familiar y, con un poco de suerte, consiga meter entre rejas a su media naranja y destrozarle la existencia, que eso es algo muy sabroso cuando el compromiso se ha ido al garete. Sí, ya sé que esto les resulta extraño, pero eso sólo se debe a que ven mucha televisión, y las monigoteras, de izquierda o de derechas, lo único que exhibe son los casos de "violencia machista".
Pues bien, Projusticia recoge un acta de la Asociación de Víctimas de Irregularidades de Bienestar y Familia, un solución que, se lo puedo asegurar, no la verán ustedes en TV… ni en radio, ni en prensa. En verdad, una asociación políticamente incorrecta… Como Projusticia, que ofrece la introducción.
Eulogio López
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