Luis Atienza tendrá que esperar su oportunidad. En Moncloa, preocupa tanto el problema vasco como el catalán. La falta de comunicación entre PSOE y PSC es alarmante. Los socialistas catalanes no aceptan a Rubalcaba como interlocutor. En la otra trinchera, Durán i Lleida vuelve a amenazar a Artur Mas con la ruptura CDC-UDC
Un problema energético que puede convertirse en un problema político. O mejor, diferencias políticas entre los socialistas catalanes y los del resto del país, entre PSC y PSOE, que acaban con un proyecto económico.
Veamos, tanto la red eléctrica como la de gas necesitan de cuantiosas inversiones. Luis Atienza, presidente de Red Eléctrica Española, antiguo secretario general de Energía y ministro de Agricultura con Felipe González, celebró la vuelta del PSOE al poder con alborozo. Se convirtió en presidente de REE pero, sobre todo, apostó enseguida por una fusión entre REE y Enagás, para convertirse en el gran gestor de infraestructuras energéticas.
Sin embargo la red de gas es cosa de Gas Natural, empresa de La Caixa y Repsol YPF que Montilla siempre ha considerado una empresa catalana. Así que, nada más llegar al Ministerio de Industria se encargó de paralizar la fusión con la que soñaba Atienza. Mantuvo a González-Adalid como presidente de Enagas, pero siempre pensó en cambiarlo.
Ha sido el propio PSOE madrileño quien ha despertado la fiera dormida. En cuanto se habló de relevar a Antonio González-Adalid, el presidente de la Generalitat acudió al quite: El presidente de Enagás debía ser Antonio Llardén, director general de Recurso de Gas Natural.
No olvidemos que GN controla aún un 17% del capital, pero existen media docena de cajas de ahorros que poseen un 5%. En cualquier caso, Llardén es vicepresidente de Caixa Catalunya, de la patronal Sedigas y afiliado al PSC. De toda confianza, como quien dice.
No olvidemos que tanto la red Enagas como la eléctrica, precisan cuantiosas inversiones en España. Especialmente el gas, por cuanto se ha convertido en el combustible básico para producir electricidad.
Pero lo más importante es el trasfondo político de esta decisión, la lucha por la Presidencia de Enagas ha puesto de manifiesto el enfrentamiento visceral entre PSOE y PSC, desde las elecciones del 1 de noviembre. La misma madrugada del día 2, José Montilla propinaba la primera bofetada de su mandato a Zapatero, al crear un Tripartito (en cuestión de horas) y privarle a Artur Mas de la Presidencia de la Generalitat, rompiendo así el pacto ZP-Mas.
En Moncloa hablaban de venganza, pero lo cierto es que Montilla ha ganado y, además, amenaza a sus correligionarios madrileños con romper el grupo parlamentario socialista y crear un grupo propio del PSC. Ahora se impone de nuevo, y no piensan ceder un milímetro : Enagas es cosa suya.
Y otra cuestión paralela, pero enormemente significativa: en el PSC no admiten a Pérez Rubalcaba como intermediario : no se fían de él, pues saben que era quien alimentaba, en nombre de ZP, las esperanza de Artur Mas de que desde Moncloa, le doblaran el pulso a Montilla tras el 1 de noviembre.
En la otra trinchera, y como consecuencia del forzoso incumplimiento del pacto con los nacionalistas por parte de ZP, la coalición CiU atraviesa sus momentos más bajos. El democristiano Durán Lleida, perjudicado por la ruptura, exige a Mas que negocie con ZP la entrada de CiU en el Gobierno de España, es decir, la conversión de Durán en ministro de Asuntos Exteriores. Amenaza con romper la coalición, aunque en CDC contestan aquello de ¿A que no?. La tesis de Durán es que "CiU debe gobernar en España, aunque no lo haga en Cataluña". Bueno, y si no es CiU quien gobierna en España, al menos, que gobierne él.