"Dejemos trabajar a la benéfica bacteria", aseguraba aquella maldad internetera cuando comenzaba a conocerse la enfermedad del presidente venezolano, insigne caudillo bolivariano, don Hugo Chávez (en la imagen).
Luego nos enteramos de que no era bacteria sino cáncer peliagudo, curado en Cuba, porque don Hugo se fía de la medicina bolivariana pero no hasta el punto de ponerse en sus manos. Y entonces todos estamos haciendo cuentas: ¿llegará a las elecciones o no?
Por si acaso, don Hugo, genio y figura, ya ha dicho que ganará las elecciones por las buenas o por las malas pero que, desde el luego, las va a ganar.
El problema del tirano del siglo XXI es que se disfraza de demócratas. Históricamente, los dictadores han sido más serios. Se mostraban como lo que eran: gente que no creía en las elecciones libres. Pero ya decía Ortega que la opinión pública es invencible. Y los sátrapas, que no son tontos, han decidido acceder al poder manipulando elecciones. Resulta mucho más seguro.
Eulogio López
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