- Al final, al líder del PP le han quitado de la cabeza la idea de cinco ministros bonzo para hacer los ajustes: Europa exige un único interlocutor, un vicepresidente
- Eso sí, en Génova ya han comenzado a protestar: Piqué dejó tirado al partido en Cataluña en momentos difíciles
- Rato tiene de plazo hasta el fin de semana para recapacitar
Mariano Rajoy sigue manteniendo un mutismo casi ofensivo acerca de la composición de su próximo Gabinete, que debería celebrar su primer Consejo de Ministros dentro de una semana. Como decía un empresario gallego: "Tendremos que acostumbrarnos a que el presidente del gobierno es gallego".
Al final, a Mariano Rajoy le han quitado de la cabeza su idea de "ministros bonzos", es decir, seis ministros del área económica en paridad de estima, sin vicepresidente del ramo. La razón es que Europa exige un único interlocutor financiero, alguien, además, aceptado por el discurso económico imperante en Bruselas y en Berlín (mejor, en Berlín y en Bruselas), es decir, financista y plutócrata. Un vicepresidente con mando en plazo en Madrid y obediente a Berlín, si ustedes me entienden.
Y por eso, Rajoy ha vuelto a Rodrigo Rato, el hombre con más perfil internacional de todos. El miércoles el mismo Rato insistía en que se quiere quedar en Bankia, porque no es lo mismo cobrar cinco millones de euros que 100.000. No hay color. Ahora bien, hay formas de presionar a Don Rodrigo que afronta un gran reto en su actual cometido. No obstante, la repuesta ha sido negativa. Rato tiene hasta el fin de semana para pensárselo pero Rajoy ya tiene el relevo para esa Vicepresidencia. El catalán Josep Piqué, el mismo que primero se autopostuló para el cargo que se le había ofrecido a Rato (mezcla de vicepresidente económico y responsable de Exteriores, casi una co-presidencia) luego se desmarcó: aseguraba que no es posible unir los dos cargos en uno. Pero es que el ofrecimiento de Rajoy a Rato no iba por ahí: era una Vicepresidencia económica de la que, además, colgara el ministerio de Exteriores, con su titular al frente.
Lo cierto es que desde que ha empezado a correr la especie de Piqué como vicepresidente económico, la rebelión ha cundido en Génova. ¿No habíamos quedado en que Rajoy iba a contar con aquellos que han hecho con él la travesía en el desierto? Piqué dio la espantada en Cataluña en los momentos más bajos y duros del PP en aquella comunidad y se dedicó a ganar dinero.
En cualquier caso si, por incomparecencia de Rato, Rajoy se decide a nombrar vicepresidente económico a Piqué no podrá dejar sin cartera a Ruiz Gallardón, como asesor espiritual, dado que fue el alcalde de Madrid quien casó a Piqué con la directora de informativos de Antena 3 TV, la periodista Gloria Lomana.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com