Con 30 años de experiencia, la Federación de Asociaciones Provida ha tenido que lidiar con todo tipo de Gobiernos, leía hace unos días en un artículo.
Y de su experiencia saben que, dar marcha atrás -que en realidad es "marcha adelante", como explica presidenta- resulta complicado, pero ninguna situación es irreversible.
Reconocen que las leyes generan "un hábito social" que cuesta cambiar, por no hablar de los dos millones de vidas perdidas que no se pueden recuperar. Pero pone los ejemplos de Polonia y de algunos estados de la extinta Unión Soviética, donde la vida va ganando posiciones.
El problema es que el tema del aborto se ha vuelto incómodo para muchos políticos españoles, hemos visto estos días las reacciones de algunas diputadas por sólo decir que se apoyará el derecho a la maternidad.
Con dos millones de abortos, son muchas las personas, también políticos, a las que les duele tratar la cuestión. Provida apuesta por no hacer reproches sino curar heridas. No está mal esta idea. Pues dar marcha atrás en la ley del aborto es difícil con el nuevo Gobierno, pero no imposible.
Valentín Abelenda Carrillo