Preocupa la salud del Rey y la actitud de doña Letizia. El heredero asume la agenda más repleta de su vida mientras crece el Elenismo. Al mismo tiempo, el miércoles 8 los felipistas se reunirán en Madrid para ver cómo echar a ZP. Se trata de plantear Primarias con Javier Solana como sustituto de forzar elecciones anticipadas con Bruselas y con los nacionalistas

Decíamos ayer, que la salud del Rey y, sobre todo, la actitud de la SAR doña Letizia Ortiz Rocasolano había provocado una auténtica crisis de la Monarquía. Preocupa la salud del Rey y se prepara, por si fuera necesario, la Transición: el SAR el Príncipe heredero, Felipe de Borbón y Grecia, afronta este otoño la agenda más repleta que haya tenido en su vida. Sustituirá a su padre en todos los actos que Su Majestad pueda evitar.

Preocupa a los monárquicos que la futura reina consorte se comporte como marca en ejercicio, sobre todo tras asegurar yo seré la reina de España y me sucederá mi hija, olvidando que sólo puede ser reina consorte. Por eso, cada vez son más los partidarios de que sea la Infanta Elena quien asuma el trono. Es fácil entender el anhelo de doña Letizia por dar el salto y orillar definitivamente la alternativa.

La actitud de doña Letizia resulta especialmente preocupante si tenemos en cuenta que don Juan Carlos no es discutido por nadie, su hijo don Felipe todavía tiene que ganarse el aprecio del pueblo.

Pero el otoño político también sería caliente en otro sentido. Pocos dudan en España de que el presidente Rodríguez Zapatero nos conduce al desastre, pero lo cierto es que continúa controlando la TV y ese es el elemento más decisivo en las urnas.

Ahora bien, como ya hemos informado, cada vez que Felipe González le ha buscado un sustituto a ZP éste ha conseguido quemarle. Y los felipistas han caído en la cuenta de que a Zapatero hay que echarle con lija.

Por ejemplo, con unas primarias. El próximo miércoles día 8, bajo la tutela de Juan Luis Cebrián y con Miguel Ángel Aguilar como coordinador y muñidor del asunto tarea de la que disfruta especialmente- se reunirán en Madrid la flor y nata del Felipismo: el propio Felipe González, el presidenciable Javier Solana, Enrique Barón y siga usted contando.

Al mismo tiempo, se intenta la segunda vía, la del adelanto electoral. La respuesta de ZP es inminente: ¿para qué voy a convocar ahora elecciones si las voy a perder? Agotemos la legislatura.

Ahora bien, el desastre económico es de tal calibre, y el ridículo internacional tan grande, que se abre una posibilidad de pinza. Por un parte, el PNV exige que le devuelvan el Gobierno vasco para apoyar los Presupuestos; por otro, CIU el aliado que con tanto ahínco como poco éxito ha buscado Zapatero, pide adelanto electoral, a pesar de saber que podría encontrase con Rajoy en Moncloa.

El cabezota Zapatero podría incluso huir hacia adelante y renovar los presupuestos en vigor pero entonces se toparía con el veto de Bruselas, o mejor dicho, de Alemania, que es sabido que Merkel no soporta a ZP.

Con todo, la primera opción es la más plausible

Es el otoño más caliente del Zapaterismo, donde puede darse un cambio en la Presidencia del Gobierno y otro en la Jefatura del Estado.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com