El consejero delegado coincide con PRISA

Las dentelladas entre PRISA y Mediapro, entre Sogecable y La Sexta, entre el felipismo y el Zapatismo mediáticos resultan para muchos un espectáculo de lo más regocijante. El fuego amigo y los daños colaterales hacen que esos muchos se sientan en la misma posición que los legionarios romanos de Goscinny, cuando contemplaban desde la lejanía las peleas internas -guerras civiles- en el irreductible poblado galo, señal inequívoca de que no se lanzarían a la pelea externa.

Juan Luis Cebrián

, por el momento consejero delegado de PRISA-Sogecable, mintió a diestro y siniestro, dentro del espíritu de humildad franciscana que le distingue. Intentó parecer el crítico más agudo del Gobierno Zapatero, cuando es muy consciente de que todo el grupo Polanco ha caído en la trampa de su sectarismo: aunque quiera, no puede dejar de ser el multimedia del PSOE porque, a estas alturas, es prisionero de su propia historia y no puede convertirse en el multimedia del PP: su público le retiraría el favor.

Pero, aunque se trate de amagar y no dar, aunque Cebrián sea muy consciente de que la caída de ZP constituiría una considerable tragedia para su propio Grupo, sus venablos apuntan donde deben. Así, sacó a la luz el nombre de Miguel Barroso, al que, en efecto, en Hispanidad hemos catalogado reiteradamente como el verdadero cerebro de Mediapro-La Sexta como el estratega político de Zapatero. Y es curioso, que alguien tan amante del rigor como Janli Cebrián le sacara a colación en sus ataques contra Mediapro y La Sexta, porque el actual compañero sentimental -creemos que se dice así- de la ministra Carme Chacón -creemos que se dice así- no figura en el organigrama de Globomedia-Mediapro en puesto alguno. De hecho, tampoco figura en el organigrama del Gobierno, salvo que se considere que su refugio profesional de La Casa de América es un Ministerio.