Sr. Director:
Ante la alarma social por los casos de adolescentes violadores y capaces de todo hay que actuar con contundencia pero sin perder la serenidad.

Es algo triste lo que está ocurriendo, pero no es algo mágico que haya aparecido de repente. Es algo que se lleva forjando desde hace años. Digamos que principalmente es fruto de las crisis de unidad familiar y de por tanto la autoridad que muestran los padres a los hijos. Como consecuencia existe fracaso en nuestro sistema educativo. Y todo redunda en los chavales.

Pero si queremos cambiar no basta con tomar medidas severas ni con mejorar urgentemente nuestro sistema educativo (que lo es).

Es necesaria una renovación de nuestros valores sociales como el del matrimonio.

Álvaro Gil Ruiz

gilruizalvaro@yahoo.es