El mandatario ha esclarecido su determinación en una carta enviada al Parlamento en la que apela a razones de constitucionalidad y conveniencia como argumento de la repulsa a la Ley de Salud Sexual y Reproductiva.
Además de mencionar los cánones de la Constitución, que resultan incompatibles con la ley presentada, el máximo dignatario evoca el deber de acatar los tratados internacionales como el Pacto de San José de Costa Rica y la Convención sobre los Derechos del Niño. Acuerdos que exigen la salvaguarda de la vida humana desde el momento de su concepción hasta la muerte natural.
Partiendo de que el aborto es un mal social que debe evitarse, el presidente uruguayo rebate la eficacia de la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo (asesinato) aseverando que En Estados Unidos en los primeros diez años se triplicó el número de abortos.
Tabaré Vázquez también sostiene que, indagaciones eruditas, confirman que desde el momento de la concepción existe una vida humana nueva, un nuevo ser. El doctor, especializado en oncología y radioterapia, alude que la deontología médica enseña que se debe actuar a favor de la vida y de la integridad física.
Finalmente, argumenta Vázquez, que se debe proteger más a los más débiles, que consiste en una solución basada en la solidaridad, que permita promocionar a la mujer y a su criatura, esto es, salvar las dos vidas.
Clemente Ferrer Roselló
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