Bankinter, el banco de Jaime Botín, es el valor bursátil más negociado, al menos para su tamaño, durante los últimos dos meses. Los rumores sobre su compra son habituales. Sin embargo, su consejero-delegado, Jaime Echegoyen, afirmaba en la mañana del viernes 15 que a pesar de todo el movimiento de sierra bursátil nadie se ha acercado para proponernos nada.
Es más, si nos hubieran preguntado, habríamos dicho que tenemos un modelo exitoso y que podemos continuar muy bien solitos. Y es cierto que el modelo de Bankinter es exitoso, pero no lo es menos que no se sabe cuál va a ser su dueño futuro. Jaime Botín, su casi fundador y presidente hasta hace dos años, sigue controlando la entidad con un 8% del capital, pero el hermano pequeño de don Emilio abandonó el Santander Central Hispano (SCH), para ser exactos la Vicepresidencia Primera, en desacuerdo con su hermano por la compra del Abbey.
En definitiva, el futuro de Bankinter está ligado a la sucesión en Casa Botín. Pero eso es lo complejo, porque, como afirmara don Emilio en Londres el pasado jueves 14, tras la absorción del Abbey ha nacido un nuevo Santander. Hasta ahora, Bankinter podía ser el refugio de los Botín en el caso de que un gran banco adquiriera el SCH, también puede ser una perfecta combinación con Banesto, pero todo depende de las relaciones entre los hermanos Emilio y Jaime y de la sucesión de Emilio Botín, a día de hoy en manos de su hija primogénita, Ana Patricia. Por eso, los especuladores se ceban con Bankinter. El modelo puede seguir él solito, pero necesita un dueño.