Ni es constitucional ni está avalada por el pueblo catalán

 

Artur Mas es tan listo que ha logrado que le apoye Maragall. Además, como no tiene recetas para salir de la crisis, se ha echado al monte con la cuestión nacionalista: que si concierto económico similar al vasco, que si avanzar hacia la nación y eventual Estado catalán, etc. ¿Es viable el concierto?, le preguntaban a Caamaño en la mañana de este martes. El ministro hacía ejercicio de cintura afirmando que no es lo que los ciudadanos catalanes han pedido, reclamado y votado en referéndum. En todo caso, es políticamente legítimo reivindicar otras fórmulas.

Ya, pero es viable jurídicamente, cabe dentro de la Constitución.

-Exactamente no, pero sería algo similar a lo que existe en otros estados compuestos.

Es decir, el ministro no cierra la puerta.

Por lo demás, Caamaño espera que una vez que se haya digerido la sentencia del TC sobre el Estatut se vuelvan a tender los puentes que reafirmen nuestra convivencia porque España sin Cataluña o sin el país Vasco o sin Galicia sería otra España. ¿Y en qué consiste esa digestión?

Primero: no pasa nada porque las CCAA tengan derechos en sus estatutos, eso no rompe la unidad, sino que es una consecuencia del Estado autonómico.

Segundo: en la práctica mayoría de los casos se ha aceptado el blindaje de competencias.

Tercero: la bilateralidad es plenamente constitucional.

Cuarto: la financiación no ha sido rechazada y incluso ha sido aprobada -o al menos no rechazada- por el PP.

Además, Caamaño añade que las fuerzas políticas catalanas no propusieron la reforma de la Constitución por lealtad, sino que plantearon una reforma del Estatuto dentro de una reinterpretación de la Constitución. O sea, lo sabido: era preferible ensanchar las costuras de la Carta Magna que transformarla porque el PP jamás daría su brazo a torcer.

Andrés Velázquez

andres@hispanidad.com